¿Tienes antojo de un postre fresco, pero ya te acabaste todas las recetas que se antojaban? Este postre de mango se va a convertir en tu favorito; es un mochi frutal japonés que vas a poder preparar fácilmente, y te vas a enamorar de este con solo ver esa bolita esponjosa, colorida y deliciosa.
Este postre pareciera que es un bombón de colores, pero no lo es. Es un postre japonés muy especial, ya que se come en ocasiones muy importantes, tales como su festividad del Año Nuevo, pero gracias a amantes de la gastronomía de este país, cada vez más nos deleitamos con este tipo de platillos curiosos.
¿Qué son y de dónde vienen?
Este postre es tradicional de Japón desde hace miles de años. De hecho, en una novela clásica del siglo XII de la literatura japonesa titulada Gengi Monogatari se habla del mochi como una ofrenda a los dioses. Algo así como lo que vendría siendo el pulque para los dioses aztecas aquí en México, y como era de esperarse, la importancia de este dulce se transmitió de generación en generación y comenzó a popularizarse su consumo solo en fechas relevantes.
Principalmente en la fiesta del Año Nuevo japonés debido a la ceremonia del Mochitsuki, la preparación de este postre tradicionalmente se elabora en familia, sobre todo ya que requiere de más de una persona. Este postre se prepara con arroz glutinoso entero hervido y debe estar previamente remojado durante un día y posteriormente machacado con un kine (mazo de madera) en un usu (mortero tradicional).
Pero eso no es todo, una persona se encargará de golpear la masa con movimientos repetitivos y fuertes, la otra será la responsable de girar la masa para que reciba la misma cantidad de golpes por todos los lados. Deben coordinarse perfectamente para que los granos de arroz se vuelvan una masa elástica y pegajosa.
En esta ocasión te presentamos la forma más práctica y rápida para preparar los mochis, por eso dejaremos de lado la elaboración tradicional, aquella que requiere de muchas personas y otras técnicas, para darte unos consejos y una receta mucho más sencilla, usando harina de arroz glutinosa.
Para el relleno de mango
Diluye la grenetina en polvo con agua caliente y déjala enfriar. Sigue las instrucciones de tu paquete.
Pela y corta los mangos, llévalos durante cinco minutos a una cacerola a fuego medio y machácalos hasta que adquieran una consistencia de puré.
En un tazón, incorpora las dos yemas de los huevos y bátelas con 50 gramos de azúcar hasta que todo quede bien integrado.
Añade los 150 ml de leche en la mezcla de las yemas y agrega la gelatina que preparaste previamente.
Una vez que esté frío tu puré de mango agrégalo también y bate todos los ingredientes.
Con ayuda de una batidora en otro bowl comienza a montar la nata sin que quede completamente firme, pero tampoco debe derramarse. Añade a la mezcla del mango poco a poco con movimientos envolventes.
Con las claras que reservamos, vamos a batirlas a punto de turrón con 50 gramos de azúcar. Cuando estén listas vas a agregar la mezcla del mango con la nata poco a poco y con movimientos envolventes.
Lleva el tazón al refigerador por 3 horas o hasta que notes la mezcla bien firme.
Para la masa del mochi
Mientras nuestro relleno cuaja empezaremos a preparar la masa del postre. En un tazón mezcla la harina y 80 gramos de azúcar previamente cernidos, y agrega un vaso de agua.
Tapa tu tazón con plástico film y mételo al microondas por 2 minutos. Después mueve la mezcla y caliéntala por dos minutos más, luego vuelve a batir la masa rápidamente.
Cuando notes que adquiere un color traslúcido y brilloso, nuestra masa está lista.
En una mesa o superficie grande limpia y seca, esparce un poco de maicena, también cubre tus manos con ella. Retira la masita del mochi del tazón con mucho cuidado porque estará caliente y llévala a la superficie con maicena, espolvorea un poco más sobre la mezcla y comienza a amasar para que todo quede bien cubierto. Debe de dejar de sentirse pegajoso.
Agrega la maicena que sea necesaria mientras amasas y aplanas la mezcla. El grosor no debe ser mucho, debe de quedar algo muy fino, pero lo suficientemente resistente. Si lo deseas, ayúdate con un rodillo.
Una vez que esté aplanada la masa, córtala en 12 cuadritos de la misma proporción. Retira el exceso de maicena, coloca en una charola con papel film o papel encerado, luego refrigera durante media hora o hasta que se enfríen.
Una vez que el mousse esté listo y la masa de mochi esté fría, con una cucharita coloca el relleno en el cuadrito y ciérralo en forma de bolita o rectángulo. Puedes sellar las puntas con unas gotitas de agua y más maicena.
Envuélvelos en más papel film o encerado y llévalos a refrigerar durante hora y media o hasta que estén firmes.
Pasado el tiempo de reposo puedes sacarlos del refrigerador y compartir con quien tú desees. Esta receta es increíblemente fácil, lo único difícil será la espera.
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