Con cierta frecuencia encontramos ingredientes que parecen ser tendencia en la cocina, debido a sus diferentes propiedades nutricionales. Hace unos años por ejemplo, la kale se volvió el ingrediente de moda, y en tiempos más recientes lo es el aceite de coco y la quinoa. Y aunque estos alimentos seguirán teniendo sus propiedades nutritivas, en algunos años serán otros ingredientes los que ocupen los titulares de las recetas de cocina.
Uno de esos ingredientes que probablemente veamos será la harina de café, gracias al Dr. Daniel Perlman de la Universidad Brandeis, un nutricionista y biofísico especialista en alimentos funcionales, mismo que junto con su equipo ha creado la harina de café.
Fue desde hace unos años que Perlman comenzó a trabajar en la idea, tras considerar los beneficios antioxidantes de los granos del café. Su investigación la inicio comparando granos de café aún verdes y granos de café tostados, para verificar como el proceso de tostado afecta las propiedades antioxidantes y la cafeína de éstos.
Descubrió entonces que el proceso de tostado destruye los antioxidantes y que entre más oscuro sea el tostado menor es la cantidad de antioxidantes que quedan, siendo así que los granos de café naturales son los que más antioxidantes contienen. Su investigación le llevó a crear un producto que retuviera los antioxidantes: la harina de café.
Para hacerlo, y dado que el sabor del grano de café fresco no es muy agradable, Perlman realizó un tostado ligero a 150ºC en lugar de a 230ºC, en tan solo el tiempo suficiente para disminuir el contenido de humedad, para limpiarlos y para reducir los sabores poco agradables. Así secos, los granos fueron fáciles de moler, dando como resultado una harina que puede utilizarse para hornear desde galletas hasta pasteles, y que contiene casi el 100% de su contenido original de antioxidantes.
Pero no esperemos que tenga el sabor del café que tomamos por la mañana, pues de acuerdo a Perlman tiene un sabor suave a nuez y un ligero color dorado como el del trigo. Sin embargo, advierte que no podrá usarse como única harina en una receta, pero que podrá sustituirse de un 5 a un 10% de la harina común por la harina de café, pues aunque no contiene gluten, cambiaría drásticamente el sabor y la textura.
Todos hemos escuchado o leído que los estudios señalan que tomar café es bueno para nuestra salud. Recientemente la Universidad de Harvard encontró que quienes toman de tres a cinco tazas de café al día tienen hasta un 15% menos de probabilidades de muerte que los que no toman.
Una de las causas por las que el café es tan saludable es debido a un compuesto químico natural llamado ácido clorogénico, un antioxidante que ayuda a modular el metabolismo para la glucosa, a controlar la presión sanguínea y que probablemente también ayuda en el tratamiento de enfermedades del corazón y del cáncer.
Estos beneficios, se podrían aprovechar mejor usando la harina de café que han creado en la Universidad Brandeis, ya sea combinada con las harinas comúnes para hornear o bien en los cereales de desayuno, en las barras nutritivas o incluso agregarlo a sopas y jugos. Con todo esto, la harina de café puede convertirse en una tendencia en los próximos años, cuando comience a comercializarse.
Más información | Brandeis Now Imágenes | Daniel Perlman, Pixabay