Si ustedes son lectores frecuentes de blogs de cocina y nutrición, seguramente habrán notado que el superalimento de moda es la quinoa, una semilla muy versátil llena de nutrientes cuyo consumo se ha extendido rápidamente alrededor del mundo.
Ahora bien, hay muchos otros granos que son igual de saludables que la quinoa y seguramente te has preguntado si realmente necesitamos incluirla en nuestra alimentación. Por ello, hoy hablemos un poco más sobre qué es, sus beneficios y el por qué de los expertos que insisten en que tienes que probarla.
¿Qué es la quinoa?
La gran mayoría tiene la idea de que la quinoa pertenece a la familia de los granos, puesto que se ve y se cocina como tales; sin embargo, la quinoa no es más que una semilla cuyas características nos permiten consumirla como cereal. Cultivada inicialmente en la región Inca de Sur América, también se cultiva en Bolivia, Perú y más recientemente en Estados Unidos, Canadá y Europa.
En lo que refiere a sus características nutricionales, la quinoa aporta un aproximado de 16 gramos de proteínas por cada 100 gramos y casi la misma cantidad de fibra. Ofrece un aporte calórico en forma de carbohidratos ligeramente superior al de otros cereales. Entre las grasas que contiene, destacan principalmente los ácidos omega 3 y omega 6.
Así, la quinoa es baja en calorías, alta en proteínas y es una buena fuente de fibra. Lo que la hace diferente de otras semillas o granos, es que sus proteínas son completas, conteniendo todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita. Además, tiene un importante contenido de vitaminas del complejo B como son el ácido fólico, la rivoflavina y la tiamina.
Beneficios de la quinoa
Uno de los motivos por los que la quinoa se ha vuelto tan popular en los últimos años es que es naturalmente libre de gluten, por lo que que es una buena opción para quien padece de celiaquía o alergia a este componente.
Es importante también saber que la quinoa tiene muchos antioxidantes, que bien sabemos que ayuda a que el cuerpo elimine los radicales libres. También ayuda a proteger contra enfermedades del corazón y diabetes, esta última, gracias a su bajo índice glucémico.
¿Cómo cocinar con quinoa?
La quinoa puede consumirse cruda o cocida, pero en ambos casos es necesario lavar las semillas previamente, frotándolas suavemente bajo el chorro agua durante 2 o 3 minutos, de forma que eliminemos los anti-nutrientes que interfieren con la absorción de minerales, así como las sapopinas que las recubren y que aportan un sabor amargo. Posteriormente, hay que dejarlas escurrir para quitar el exceso de agua.
Para cocinarla, lo haremos de forma similar a como cocinamos el arroz, a fuego lento, tapado y usando dos partes de agua por cada parte de quinoa, hasta que el agua de cocción se haya evaporado, para después dejarla reposar algunos minutos antes de mezclarla con un tenedor. Por cierto, es buena idea dorarla primero con un poco de aceite, pues desprende un exquisito aroma a tostado.
Realmente, ¿necesitamos consumir quinoa?
Claramente, la quinoa tiene una gran cantidad de beneficios nutricionales, por lo que alguna vez debemos darle la oportunidad de estar en nuestras mesas. Sin embargo, desde que ha sido promocionada como un superalimento, su costo se ha elevado notablemente debido a la alta demanda.
A la vez, hay que recordar que durante siglos, otros granos han formado parte de nuestra alimentación, como son el arroz, el trigo y el amaranto, de modo que debemos ver a la quinoa no como un sustituto de estos, sino como un complemento.
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