Sopas instantáneas con exceso de sal y conservadores: este es el daño que te pueden ocasionar

Sopas instantáneas con exceso de sal y conservadores: este es el daño que te pueden ocasionar
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Es bastante probable que cuando ibas a la primaria o secundaria todavía vendieran este producto en la tiendita donde comprabas comida para el recreo. Ahora están prohibidas. Y con gran razón. Ya está comprobado que las sopas instantáneas no sólo son “no recomendables”, sino que resultan nocivas (sí, así con todas sus letras) para la salud.

De acuerdo con la nutrióloga Xaviera Cabada, quien es la especialista en esos temas para la organización El Poder del Consumidor, sería incluso recomendable que este producto saliera de circulación. La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) también sacó un estudio exclusivo al respecto, así como The Journal of Nutrition, de la Universidad de Oxford. Para dar sus conclusiones, las instituciones se basaron en distintos hallazgos, luego de valorar el contenido nutrimental de vasos preparados con dicha comida.

Encontraron que:

  • Un solo vaso de esta sopa ya cubre la mitad del sodio que está recomendado que un adulto consuma en todo el día. De hecho, es de los productos que actualmente se venden de forma normal en tiendas y tienen más niveles de sales.

  • Contiene glutamato monosódico que, como sabes, es un aditivo que se pone en alimentos industrializados para aumentar las ganas de comer de las personas, lo cual a su vez redunda en aumentos de peso, así como cierta toxicidad neuronal y hepática.

  • Un exceso en el consumo de glutamato monosódico (lo cual podría equipararse a comer de forma regular en la semana este tipo de comida) puede causar dolores de cabeza, sensaciones de presión en la cara, sudoración, sofocamientos, adormecimientos de la boca, dolores de pecho, taquicardia, dificultad para respirar y sensación de debilidad.

  • De acuerdo con investigadores en nutrición de la Universidad de Oxford, cuando las personas (especialmente mujeres) tienen esta alimentación dos o más veces por semana, corren mayor riesgo de sufrir síndromes metabólicos como diabetes y hasta enfermedades cardiacas.

  • Aunado a esto puede haber complicaciones por aumento de la presión arterial, obesidad abdominal y subida de colesterol en el organismo.

  • Los niños no deberían comer en absoluto esta comida, ya que el contenido de una porción completa ya cubre su cuota total de sodio y además tiene algo así como una cucharada de azúcar refinada por vaso. Cabe recordar que éstos glúcidos se añaden para volver adictivo el sabor.

  • Los sabores que prometen los envases difícilmente tienen suficientes ingredientes que podrían avalarlos como tal. Por ejemplo, la Profeco encontró que una sopa de fideo con pollo sólo adicionaba 1.5% de una mezcla de carne y grasa de pollo. ¡Sólo 1.5%!

  • La cantidad de fibra que contienen es muy escasa. Mientras un adulto debe consumir al menos 25 gramos al día, las instantáneas tienen apenas dos. Esto se debe a que las harinas de sus noodles son refinadas.

  • Entre los nutricionistas existe la regla de que, una vez que un producto se elabora con más de cinco ingredientes, ya debe llamar la atención y quizá hasta se debería desconfiar de él. Muy bien, pues déjanos contarte que las sopas de esta naturaleza tienen por lo menos 36 distintos.

Sólo para que te des una idea, te los presentamos a continuación:

Harina de trigo, minerales y vitaminas (niacina, hierro reducido, mononitrado de tiamina, riboflavina, ácido fólico), aceite vegetal (canola, semilla de algodón, palma), sal, vegetales deshidratados (4% zanahoria, maíz, chícharos, ajo, cebolla, tallo de apio) , maltodextrina (un tipo de azúcar), glutamato monosódico (un tipo de sal), azúcar, maíz, trigo y proteína de soya hidrilizados, grasa de pollo, pollo cocido en polvo, especias, levadura, salsa de soya deshidratada (utilizada para salar), carbonato de potasio (un tipo de sal), fosfato de sodio (un tipo de sal), carbonato de sodio (otro tipo de sal), inosinato disódico, guanilato disódico (dos tipos de sal), dióxido de silicio (agente antiendurecedor), lactosa (un tipo de azúcar), caldo de pollo, lecitina de soya.

  • Si uno pone atención a la señalización del empaque, hay una zona donde viene impreso un horno de microondas tachado, que indica que es un producto que no debe cocinarse con dicho electrodoméstico. Como sabemos, esa es casi la regla para quienes lo consumen. A pesar de todo, el mismo empaque tiene en la parte de arriba una sugerencia de minutos para meter el vaso al microondas. ¿Qué pasa con esa contradicción?

Por más que te guste el sabor de estos productos y que sean baratos y fáciles de preparar, toma en cuenta que tu salud es primero. Nada como que llegues a casa y, aunque tardes un poco más, mejor prepares una sopita natural y deliciosa. ¿No lo crees?

Fuentes: Profeco | El Poder del Consumidor | The Journal of Nutrition

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