El refrigerador es el peor enemigo de las calabacitas: así debes guardarlas para que duren hasta 3 meses frescas

El refrigerador es el peor enemigo de las calabacitas: así debes guardarlas para que duren hasta 3 meses frescas
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Cristina Díaz

Editora en Jefe
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Cristina Díaz

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Más de 12 años de experiencia en medios digitales y redes sociales. Enfocada en lo soft news y viral. 

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Típico que llegamos del súper con nuestras bolsas de verduras, y lo primero que solemos hacer es meter todo directo al refrigerador. Pero no siempre es la mejor idea. Y un gran ejemplo son las calabacitas, que al poco tiempo en el refri terminan arrugadas, blandas y sin sabor. La buena noticia es que existe un método sencillo —y muy práctico— que permite conservarlas hasta tres meses frescas, sin perder su textura ni su sabor.

Dónde guardar las calabacitas

La creadora de contenido francesa Marie Gioan (@cjustemarie) compartió en Instagram un truco para alargar la vida de las hortalizas. Y en el caso de las calabacitas, la diferencia es sorprendente: lo único que necesitas es cambiar el lugar donde las guardas.

Este pequeño hábito no solo evita que termines tirándolas a la basura, también ayuda a tu bolsillo y contribuye a reducir el desperdicio alimentario.

¿Por qué no deben ir al refrigerador?

Calabacitas Calabacitas

El frío extremo daña las calabacitas. Sus paredes celulares se rompen con las bajas temperaturas, pierden agua rápidamente y se marchitan antes de tiempo.

En lugar de conservarse firmes y frescas, al estar en el refri se vuelven blandas, aguadas y con menos sabor. Y claro, si no las usas de inmediato, lo más probable es que acaben en el bote de basura.

El lugar perfecto para guardarlas

La clave es mantenerlas en un sitio fresco, seco y oscuro, donde la temperatura se mantenga estable entre 12 °C y 16 °C.

Algunas opciones ideales son:

  • Una despensa ventilada.

  • Un armario de cocina que no reciba sol.

  • Un espacio en el lavadero, siempre que no haya humedad.

La oscuridad ayuda a frenar el proceso de maduración, mientras que un ambiente seco evita que aparezca moho o podredumbre.

Importante: no las laves antes de guardarlas. La humedad acelera su descomposición. Límpialas solo cuando vayas a cocinarlas o consumirlas. Nada de bolsas de plástico

Otro error común es guardarlas en bolsas de plástico. El problema es que ahí se acumula la humedad y terminan estropeándose más rápido. En su lugar, lo mejor es utilizar:

  • Bolsas de malla, lona o papel.

  • Cajas de cartón o madera, que permiten que el aire circule. De esta manera, las calabacitas mantienen su frescura y textura firme por mucho más tiempo.

Aunque con este método pueden durar hasta tres meses, conviene revisarlas semanalmente. Si alguna comienza a dañarse, retírala de inmediato para evitar que afecte a las demás.

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Imágenes/ Directo al Paladar / Gemini

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