Todos conocemos a alguien que es súper ideoso al momento de comer, sobre todo cuando se trata de consumir vegetales o comida saludable. Y aunque muchas veces parece tarea imposible lograr que prueben este tipo de alimentos, un estudio demuestra que es posible entrenar al cerebro para que prefiera alimentos saludables y bajos en calorías, en lugar de alimentos no saludables y con mayor contenido calórico.
Se creía que una vez establecidos los circuitos cerebrales que nos vuelven adictos a los alimentos poco saludables, era difícil, y hasta imposible, revertirlos; ocasionando que esas personas estuvieran destinadas a una vida llena de tentaciones y antojos poco saludables. Se sabe que no nacemos prefiriendo la comida chatarra, pero el consumo repetitivo de este tipo de alimentos, ocasiona que nos volvamos adictos a ellos. Por eso un grupo de científicos quiso investigar el sistema de recompensa cerebral, para ver si era posible revertir estos circuitos y hacer que las personas hagan elecciones saludables al momento de comer.
En el estudio participaron 13 hombres y mujeres con sobrepeso y obesidad, ocho de ellos estaban dentro de un programa de pérdida de peso diseñado por la Universidad de Tufts, y los otro cinco formaron parte del grupo control, así que no estaban inscritos en dicho programa. A los dos grupos se les hicieron resonancias magnéticas cerebrales al comienzo del estudio, y después de seis meses, cuando el estudio termino.
Los escáneres de las personas que participaron en el programa de pérdida de peso, mostraron cambios en el putamen; el área cerebral conocida como el centro de recompensa, asociada con el aprendizaje y la adicción. Después de seis meses, esta área presento una mayor sensibilidad a los alimentos saludables y bajos en calorías; indicando que al consumir este tipo de alimentos se disfrutaban y se veían como una recompensa. También se observó una disminución en la preferencia a los alimentos chatarra.
¿En qué consistía la dieta?
Los investigadores creen que este cambio se debió a varios factores del programa de pérdida de peso, como la educación de cambios de comportamiento y una dieta alta en fibra y bajo índice glucémico. Los sujetos siguieron una dieta con porciones controladas y sugerencias de recetas; la mayoría de los menús contenían alimentos que proporcionaban mucha saciedad.
Se recomendaba el consumo de carbohidratos de bajo índice glucémico junto con alimentos altos en fibra y proteína, es decir alimentos que toman más tiempo en ser digeridos y que reducen los cambios bruscos en la glucosa de la sangre. Evitando así sensaciones de hambre.
En general, el 25 por ciento de la energía se obtenía de proteínas y de grasas, el 50 por ciento restante de carbohidratos de bajo índice glucémico. Además debían de consumir 40 gramos de fibra dietética al día. Los participantes también asistieron a grupos de apoyo durante las 24 semanas que duro el estudio, y recibían correos electrónicos de apoyo semanales de sus nutriólogos.
Al parecer el objetivo es seguir probando nuevos alimentos nutritivos, sin importar nuestra edad. Según algunos expertos, puede tomar hasta 15 intentos antes de que un niño acepte una nueva comida.
Otros estudios han demostrado que los procedimientos quirúrgicos, como la cirugía de bypass gástrico, pueden disminuir la sensación de disfrute de la comida. Sin embargo los resultados no son muy alentadores, porque hacen que las personas no disfruten todos los tipos de alimentos, en lugar de que los alimentos saludables les sean más atractivos.
Imágenes | danny O. | Joey | Stacy | U.S. Department of Agriculture |
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