Para algunos puede resultar difícil de creer que en medio de la algarabía de la temporada navideña haya quienes sufren del llamado transtorno afectivo estacional o depresión invernal, pero para muchos otros es una difícil realidad. Aunque ha pasado la Navidad, el invierno apenas ha comenzado, y el clima frío y los días con menos luz pueden lograr que tengamos una sensación de tristeza.
Por ello, es importante que pensemos en consumir alimentos ricos en vitamina D. Para las personas de entre 1 y 70 años la ingesta diaria recomendada es de 600 UI o 15 microgramos por día, pero lo cierto que es que es difícil que estemos consumiendo esa cantidad.
Esto es importante por que la vitamina D desempeña un papel importante en el alivio de los síntomas de los transtornos del estado de ánimo, especialmente en la depresión invernal, ya que aumenta los niveles de serotonina, un neurotransmisor del estado de ánimo. Por eso, es importante que agreguemos a nuestra dieta estos cinco alimentos que ayudan a combatir la depresión invernal.
Salmón
Todos hemos escuchado alguna vez alguna de las muchas razones para comer salmón, y su contenido de vitamina D es otra de ellas. Una porción de 85 gramos de salmón cocido contiene 447 UI, más de la mitad de la ingesta diaria recomendada.
Aunque es común consumir el filete de salmón a la plancha, hay muchas otras maneras de disfrutarlo: empapelado con chile y limón, en lasaña con espinacas, hojaldrado o en unas rápidas y sencillas tortitas.
Huevos
El huevo es otro de los ingredientes que ofrecen una cantidad significativa de vitamina D. Un huevo grande tiene alrededor de 40 UI, pero para obtener sus beneficios hay que comer el huevo entero, pues la vitamina D se encuentra en las yemas.
La cocina mexicana tiene muchas recetas para consumir el huevo, principalmente en el desayuno. No podemos olvidarnos de la receta de chile con huevo o los huevos rancheros, por ejemplo. Pero también podemos preparar unos burritos de frijol y huevos revueltos , unos aguacates rellenos de huevo o una ensalada de jitomate, huevo y cebollín.
Hongos y champiñones
Los champiñones y hongos, en cualquiera de sus variedades, contienen de manera natural pequeñas cantidades de vitamina D. Los de tipo Portobello y los Shiitake aportan una mayor cantidad que los champiñones blancos. La ventaja de ellos, es que es muy fácil integrarlos a nuestros platillos.
Jugo de naranja
Para mí no hay nada mejor que el jugo de naranja fresco, recién exprimido. Pero si se trata de obtener una mayor cantidad de vitamina D, los jugos envasados son buenas opciones, pues usualmente están fortificados con vitaminas, de tal modo que llegan a ofrecer en una sola taza hasta una tercera parte de la ingesta diaria recomendada.
Leche
La leche no solo le hace bien a nuestro cuerpo sino también a nuestro estado de ánimo. Prácticamente, todos los tipos de leche de vaca tienen vitamina D, y aportan cerca de 100 UI por taza. Las personas que no consumen lácteos de origen animal pueden optar por opciones como la leche de almendras, la leche de soya o la leche de coco, asegurándose que les haya sido añadida la vitamina D.