Algunas decisiones comunes al diseñar un jardín pueden, sin intención, favorecer la presencia de garrapatas. Estas son algunas de las más problemáticas:
Helechos
Su follaje frondoso crea un entorno húmedo y sombrío, ideal para que las garrapatas se escondan y se reproduzcan. Aunque son decorativos, requieren un manejo cuidadoso.
Hiedras y plantas rastreras
Plantas como la hiedra, que cubren el suelo, forman refugios naturales. Su vegetación espesa reduce la circulación de luz y aire, lo que genera un microclima propicio para los parásitos.
Arbustos como zarzamora y saúco
Si no se podan regularmente, estos arbustos se convierten en matorrales densos que favorecen las infestaciones. Lo mismo ocurre con los avellanos.
Árboles de tuya
Las agujas compactas de la tuya impiden el paso del sol y el viento, generando un escondite perfecto para las garrapatas.
Cómo mantener tu jardín libre de garrapatas
Con unos cuantos cuidados puedes reducir al mínimo el riesgo de infestación:
Corta el césped con frecuencia (al menos cada dos semanas).
Poda árboles y arbustos para evitar que crezcan demasiado y generen sombra excesiva.
Limita el uso de plantas rastreras o con hojas muy densas.
Plantas que ayudan a repeler garrapatas
Algunas especies actúan como repelentes naturales. Incluirlas en tu jardín puede ayudar a mantener alejados a estos parásitos:
Lavanda
Melisa (toronjil)
Romero
Además, si vas a pasar tiempo en el jardín —especialmente en zonas con vegetación alta—, aplica un repelente corporal como medida adicional de protección.
Artículo original publicado en Tudo Gostoso.
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