Debo admitirlo: los postres no son mi especialidad, pues rara vez me queda uno perfecto a la primera oportunidad… por eso, cuando doy con una receta que realmente funciona, se vuelve un pequeño tesoro en mi memoria. Te comparto este postre cremoso con 4 ingredientes: lleva queso crema y me encanta la textura.
Hace unos días, navegando entre recetas sencillas, me encontré con varias versiones de un pay de queso con solo cuatro ingredientes. Hice algunas pruebas, ajusté aquí y allá, y llegué a una versión que me tiene encantada. Tiene un par de truquitos, pero créanme: si yo pude lograrlo, ustedes lo sacarán sin problema.
Trucos que hacen la diferencia al preparar un pay de queso crema con 4 ingredientes
- Usa huevos frescos. Son clave para la textura de este pay.
- Separa con cuidado las yemas de las claras. Que no se te vaya ni una gota de yema en las claras, así montan mejor.
- Lava y seca muy bien los batidores antes de montar las claras. Esto ayuda a que suban más rápido y queden firmes.
- Bate muy bien las yemas con la leche condensada, el queso crema y la vainilla. Sin prisas, hasta que la mezcla esté bien lisa y sin grumos.
- Hornea hasta que se dore ligeramente por encima y al mover el molde el centro todavía se sienta suavecito.
- Déjalo enfriar dentro del horno, y luego refrigéralo al menos 3 horas. Ese reposo hace toda la diferencia en la textura.
Ideas para decorar este postre cremoso con 4 ingredientes
- Espiral de salsa de frutas: Utiliza una salsa de frambuesa, fresa, arándanos o dulce de leche. Vierte la salsa en forma de espiral sobre el cheesecake y luego, con un palillo o cuchillo, traza líneas desde el centro hacia afuera (o viceversa) para crear un diseño bonito.
- Lluvia de ralladura de cítricos: La ralladura fina de limón, lima o naranja no solo añade un toque de color vibrante, sino también un aroma fresco y delicioso que complementa la cremosidad del cheesecake.
- Cacao en polvo tamizado: Espolvorea suavemente cacao en polvo utilizando un colador fino para crear una capa uniforme o incluso usar plantillas para formar diseños.
- "Gotas" de chocolate derretido: Derrite un poco de chocolate (negro, con leche o blanco) y con una cuchara deja caer pequeñas "gotas" de manera irregular alrededor del borde o por toda la superficie.
- Frutos rojos (fresas, frambuesas, moras, arándanos): distribúyelos de forma rústica por encima o haz un pequeño montoncito en el centro.
- Rebanadas de higo fresco o kiwi: dan color y un contraste muy bonito.
- Tiras de mango o durazno en espiral: para un toque tropical y elegante.
- Hojas de menta o hierbabuena: Unas pocas hojas frescas de menta o hierbabuena añaden un toque de color verde vibrante y un aroma refrescante.
- Galletas desmenuzadas: Espolvorea galletas tipo Graham o tus favoritas desmenuzadas alrededor del borde o sobre la superficie para añadir un contraste crujiente.
- Nueces o almendras laminadas: Tostar ligeramente nueces picadas, almendras laminadas o cualquier fruto seco de tu preferencia realzará su sabor y aportará una textura interesante.
- Virutas de chocolate: Espolvorea virutas de chocolate (puedes hacerlas fácilmente con un pelador de verduras y una barra de chocolate fría).
- Caramelo salado o dulce de leche: vierte en hilos o deja caer en gotas gruesas y pásales un palillo para un efecto marmoleado.
- Combinación de elementos: No dudes en combinar dos o tres de estas ideas para crear una decoración más completa. Por ejemplo, una espiral de salsa de frambuesa con frutos rojos frescos y unas hojas de menta.
- Separa los huevos y coloca las yemas en un bowl limpio, y las claras en otro. Precalienta el horno a 180 °C.
- Mezcla las yemas con la leche condensada, el queso crema y la ralladura de naranja. Bate hasta obtener una mezcla homogénea, sin grumos.
- Aparte, bate las claras a punto de nieve, hasta que formen picos firmes.
- Incorpora las claras a la mezcla de yemas con movimientos envolventes, cuidando que no pierdan su volumen esponjoso.
- Engrasa y enharina un molde para horno de unos 20 cm de diámetro, y vierte ahí la preparación.
- Hornea durante 40 minutos, o hasta que la superficie esté dorada y el centro se sienta suave al mover ligeramente el molde.
- Apaga el horno y deja enfriar el pastel dentro.
- Refrigera por 3 a 4 horas antes de servir.
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