El 6 de enero en México se conoce como el Día de los Reyes Magos, un día que le encanta a chicos y grandes porque —como casi toda festividad— se acompaña de grandes recetas que van desde las dulces roscas hasta lo salado como las roscas de tacos al pastor. Y como las festividades también se tratan de diversión, hoy te compartimos una opción de regalo de broma que puede comerse, por si te portaste mal; regala o disfruta de un carbón comestible.
El carbón comestible es básicamente azúcar que se maneja bajo ciertos procesos para obtener este color y textura. Esta golosina surgió como alternativa al carbón natural, para evitar regalar a un niño un trozo real de carbón. Incluso es costumbre regalar carbón dulce a los niños que se han portado bien o a los que no se han portado del todo bien. ¡Además, este dulce no se limita a una sola edad!
Empieza por preparar un molde forrado con papel de horno en el que haremos la glasa, batimos la clara unos segundos e incorporamos el jugo de limón, mezclamos y añadimos una cucharada de azúcar glass, mezclamos y vamos añadiendo poco a poco el azúcar glas hasta lograr una pasta de color blanco. Tiene que quedar ligeramente líquida, esta es la textura de glasa perfecta.
En un vaso reservamos una cuchara y media de glasa y sobre 35 ml de glasa y le añadimos dos cucharaditas de colorante negro. Mezclamos y luego añadimos el resto de la glasa para combinar todo.
Para preparar el almíbar es útil tener un termómetro de cocina. En un tazón añadimos el agua y el azúcar, encendemos el fuego a temperatura media y removemos constantemente. Con el termómetro controlamos que la mezcla este a una temperatura de unos 117 grados. Verás que está burbujeante la mezcla. Añade la glasa con colorante negro y remueve para que se mezcle.
La mezcla ‘crecerá’ y al mezclar enérgicamente bajará un poco, sigue batiendo unos segundos y luego detente, verás que la masa crece de nuevo. Una vez lo haga, vertemos nuestra masa en el molde forrado con papel de horno que preparamos al principio. Dejamos que se enfríe y luego llevamos a refrigerar dos horas.
Pasadas las dos horas, ya podemos partir nuestro carbón de Reyes casero.
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