Si lo tuyo son las salsas caseras llenas de sabor, esta preparación con chile pasilla se convertirá en una de tus favoritas. Es sencilla, rápida y perfecta para acompañar un buen bistec, sopes recién hechos o cualquier antojito mexicano que tengas en mente.
El chile pasilla, con su sabor ahumado y profundidad, es uno de los ingredientes más representativos de nuestra cocina. Aquí te mostramos cómo convertirlo en una salsa espectacular.
Tips para sacarle más provecho a tu salsa de chile pasilla
¿Quieres que pique más? Agrega un chile guajillo o uno de árbol al momento de licuar.
Si la salsa queda demasiado espesa, solo ajusta con un chorrito extra de caldo de pollo o agua.
Puedes usarla como guarnición caliente para tus bisteces cocinados a la plancha o para guisar la carne directamente en la salsa.
También va increíble con tacos, quesadillas o tlacoyos.
Tostar los chiles. Coloca los chiles pasilla en un comal o sartén sin aceite a fuego medio. Dales unos minutos hasta que se inflen un poco y desprendan su característico aroma.
Hidratarlos. Retíralos del fuego y sumérgelos en agua caliente por 15 a 20 minutos, hasta que se suavicen. Si prefieres una salsa menos picante, quítales las semillas y las venas.
Tatema los vegetales. Asa los tomatillos, la cebolla y el diente de ajo en el mismo comal hasta que estén ligeramente quemaditos por fuera (eso les dará un sabor delicioso).
Licuar. Coloca en la licuadora los chiles hidratados, los tomatillos, la cebolla, el ajo, el caldo o agua, y sazona con sal y pimienta al gusto.
¡Y listo! Licúa todo hasta que obtengas una salsa tersa y uniforme!
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