No hay nada más práctico y delicioso que las tostadas: ya sea para la hora de la comida, para saciar un antojito o para amenizar alguna fiesta. Y es que su combinación de sabores, texturas y el hecho de que sean tan fáciles de preparar hace que se conviertan en una receta base para cualquier recetario mexicano.
Las tostadas de pata son un platillo tradicional de la comida mexicana. En sí mismas, las tostadas tienen su origen en la época prehispánica, en la que se preparaban las tortillas crocantes con un poco de frijoles y chile, pero cuando llegaron los españoles se integraron ingredientes como la pata, el pollo, la crema y el queso que le dan forma a las tostadas tal y como las conocemos hoy en día.
Y específicamente las tostadas de pata son un caso peculiar. Se trata de un juego de texturas y sabores realmente interesante: es crujiente pero al mismo tiempo un poco aromático y acidito.
Este es un platillo que podemos encontrar muy comúnmente en los mercados. En todo el país se preparan esta especie de pata, que suele de ser de res o de puerco, se cuece con agua, vinagre, cebolla, laurel, orégano, sal y pimienta. Aunque se puede conseguir ya preparada, no puedes perderte de la experiencia de elaborarla en casa.
En una olla ponemos a cocer la para de res, cuidando que tenga suficiente agua como para mantenerse cubierta.
Agregamos la cebolla, el orégano y la pimienta. Lo cocinamos por dos horas, en caso de que estés usando una olla común y corriente; en caso de utilizar una olla exprés, solo déjalo 30 minutos. Retiramos en cuanto esté suave y dejamos enfriar.
Ya que esté fría, con ayuda de un cuchillo despegamos la carne del hueso y cortamos en cubos. También cortamos la cebolla en cubitos.
La trasladamos a un recipiente grande y mezclamos con la col, el vinagre y media taza de agua. Puedes agregar los chiles serranos a tu gusto. Sazonamos con sal, pimienta y orégano.
Posteriormente dejamos reposar nuestro escabeche por media hora, para que concentre bien los sabores. Si lo prefieres, también lo puedes cocinar por 10 minutos a fuego alto.
Dejamos reposar y ya está lista tu pata para que armes tus tostadas. Puedes acompañarlas con un poco de frijoles, lechuga, crema ácida, queso fresco y algunas láminas de aguacate. También queda increíble con un poco de salsa verde.