El pozole rojo de puerco es uno de esos platillos que no pueden faltar en estas fiestas patrias, pero también es un clásico que se disfruta en cualquier reunión familiar. Su mezcla de maíz suave, carne bien cocida y un caldo bien sazonado lo han convertido en uno de los guisos más queridos de la cocina mexicana. Lo desafiante de este platillo está en lograr que los granos de maíz queden firmes y que el caldo tenga ese espesor tan característico que invita a repetir plato.
Muchas veces, el problema al preparar pozole en casa es que los granos se ablandan demasiado o que el caldo queda aguado y sin sabor. La buena noticia es que con algunos trucos sencillos puedes lograr un pozole rojo que quede como de fonda, con el sabor y la consistencia perfectos. A continuación te decimos el paso a paso para que sorprendas a todos en tu próxima reunión o noche mexicana.
El maíz cacahuazintle, la base del pozole
El maíz es el corazón del pozole, y no cualquier tipo sirve para prepararlo. Para lograr un platillo auténtico se recomienda usar maíz cacahuazintle precocido, lo puedes encontrar en mercados o tiendas de abarrotes. La clave para que quede firme es dejarlo remojando una noche antes y cocerlo a fuego medio al día siguiente, esto sirve para que los granos de maíz se abra poco a poco sin deshacerse.

La carne de puerco
El espinazo, el lomo y la cabeza, son cortes clásicos para preparar pozole, ya que aportan tanto sabor como textura al caldo. Si buscas un pozole más ligero, puedes agregar algunos trozos con costilla o pierna. Para que la carne te quede en el punto exacto tienes que ponerla a cocer en agua con ajo, cebolla y laurel a fuego medio, de esta manera quedará jugosa y no seca.
El toque del chile rojo para un caldo espeso
El secreto del caldo espeso está en la salsa de chiles. Lo usual es preparar una mezcla de chile guajillo, ancho y un poco de pasilla. Los chiles tienen que estar tatemados y licuados con ajo, cebolla y orégano. Para que espese, basta con colar bien la salsa y dejar que hierva junto con el maíz y la carne por al menos 30 minutos más, hasta que todo se integre.

El secreto está en la cocción lenta
Un buen pozole rojo de puerco nunca se debe preparar con prisas. La cocción lenta es lo que permite que el maíz conserve su firmeza y que el caldo se impregne de los sabores de la carne, los chiles y el maíz. Si quieres un extra de sabor, agrega un poco de orégano a la salsa de los chiles y pon a cocer el maíz en el caldo de cocción de la carne. Con estos tips tu pozole quedará digno de servir en cualquier restaurante de renombre.
- Lava y hierve el maíz hasta que empiece a florear, sin reventarse.
- En otra olla, cuece la carne con ajo, cebolla y laurel. Retira la espuma que se forma en la superficie.
- Asa los chiles, hidrátalos en agua caliente y licúalos con ajo, cebolla y orégano. Cuela la salsa.
- Vierte la salsa en la olla con la carne, agrega el maíz y deja cocinar todo junto 30 minutos más para que el caldo espese.
- Rectifica de sal y sirve bien caliente con rábanos, lechuga, cebolla picada, orégano seco, limón y tostadas.
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