¿Sabías que podías perder peso con tal sólo reacomodar tu cocina? Sabemos que para empezar un nuevo estilo de vida, tenemos que hacer cambios desde la raíz. Al empezar a cambiar hábitos alimenticios, es importante empezar con el diseño de la cocina y de los lugares en nuestras casas donde comúnmente comemos. Aquí encontrarás algunas ideas.
- Coloca la comida saludable en sitios visibles. Reacomoda la alacena, refrigerador y armarios, para que al abrirlos, lo primero que veas sean alimentos saludables. Sobre los estantes de la cocina en lugar de tener galletas, cereales y papas fritas, mejor cámbialos por recipientes con frutas. En un estudio, se visitaron 200 cocinas y después de analizaron los alimentos que se encontraron en el refrigerador, en las repisas y en las despensas. Después pesaron y midieron a los habitantes de la casa. Las mujeres que tenían una caja de cereal a la vista en algún lugar de su cocina, pesaban en promedio 9.5 kilogramos más que aquellas que no tenían una caja de cereal a simple vista.
- Limpia tu cocina. Las cocinas desordenadas incitan a que comamos hasta un 44 por ciento más de comida no saludable comparadas con las cocinas ordenadas y organizadas. Lo mejor es que tengas tu cocina impecable, inconscientemente eso te lleva a un estado de autocontrol.
- No hagas de tu cocina un lugar para descansar. Entre más tiempo pases en la cocina, más vas a comer. No coloques sillas confortables ni televisiones o computadoras en la cocina.
- No compres paquetes grandes de comida. Las personas comemos más cuando la comida viene en un empaque grande. Si compras comida en empaques grandes, lo que puedes hacer es volver a empacarla en recipientes más pequeños; lo ideal es empacarla por porciones.
- Utiliza platos, vasos e utensilios pequeños. Se ha demostrado que las personas comen más comida cuando la sirven en platos grandes. En un estudio, los niños comieron 42 por ciento más cereal de un tazón con una capacidad de 700 mililitros, comparados niños que utilizaron un recipiente de 355 mililitros.
- Sirve la comida desde la estufa. Las personas que llevan las ollas o los recipientes a la mesa, en promedio comen un 19 por ciento más comparados con las personas que se sirven directamente de la estufa.
Imágenes | Mike Hauser | Samantha Henneke |
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