La placenta, un órgano misterioso pero muy importante

La placenta, un órgano misterioso pero muy importante
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Cuando una mujer está embarazada se habla mucho de su salud y de la del bebé, pero muy pocas veces se habla de la placenta, un órgano humano muy poco estudiado pero que se sabe es indispensable para la salud de ambos.

Cuando hablamos acerca del deporte es inevitable hablar sobre cambios en la frecuencia cardíaca, en el gasto cardíaco y de la frecuencia respiratoria. Existen una gran cantidad de monitores que nos permiten llevar un registro de todos estos cambios. Y sin embargo poco se sabe de los cambios producidos por la placenta, que ocurren en el cuerpo de las embarazadas. En los últimos años se ha visto un incremento en el interés por este órgano y sus efectos en la salud de las mujeres.

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Antes que nada ¿Qué es la placenta?

La placenta es el soporte de vida del feto. Provee al feto de oxígeno y nutrientes, desde la sangre de la madre hasta la sangre del feto, y elimina los residuos, desde el feto hacia la madre. La placenta hace el trabajo de los pulmones, hígado, riñones y otros órganos. Es un órgano que se adhiere, en uno de sus lados, a la pared uterina y del otro lado al cordón umbilical. Crece a partir de las células del embrión, no de las de la madre.

La placenta se expulsa después del nacimiento del bebé. En ese momento tiene una apariencia no muy agradable, es sangrienta, de color rojo oscuro-azulado. Generalmente pesa alrededor de medio kilo, o una sexta parte del peso del bebé. Mide aproximadamente 21 centímetros de largo y tiene un espesor de 2.5 centímetros.

La placenta puede ser muy pequeña o demasiado grande, y esto puede ocasionar problemas a la salud, tanto del bebé como de la madre. Algunos problemas reconocidos cuando la placenta no está bien son aborto involuntario, muerte fetal, nacimiento prematuro, bajo peso al nacer y preeclampsia.

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¿Un invasor para la madre?

La placenta se empieza a formar en la pared del útero en cuanto el óvulo fertilizado se implanta. A partir de ese momento, la placenta empieza a “clavarse” profundamente en los tejidos de la madre. A las 10-12 semanas de embarazo la placenta establece su suministro de sangre. Invade 80-100 vasos uterinos, llamados arterias espirales, y crea alrededor de 51 kilómetros de vasos capilares para recibir oxígeno y nutrientes, y desechar residuos. Si este tejido se extendiera ocuparía de 11 a 14 metros cuadrados. Cada minuto, aproximadamente el 20 por ciento del suministro de sangre de la madre atraviesa la placenta.

La célula encargada de esta invasión se llama trofoblasto. Al principio del embarazo, estás células se multiplican rápidamente, empujan a otras células y las destruyen con enzimas digestivas o segregando sustancias que inducen que las células se maten. Los trofoblastos son tan invasivos que pueden empezar a formar una placenta casi en cualquier tejido, aunque no sea un útero.

Algunos investigadores piensan que la actividad de los trofoblastos es muy parecida a las células cancerosas. Se ha descubierto que conforme los trofoblastos van invadiendo, se alteran ciertas proteínas de su superficie celular, llamadas moléculas de adhesión, que les brindan mayor movilidad. Algo muy parecido a lo que hacen las células cancerosas cuando se propagan de un tumor hacia otra parte del cuerpo. Sin embargo la invasión de los trofoblastos es esencial para obtener un adecuado suministro de sangre.

El flujo sanguíneo placentario modifica el gasto cardiaco de la madre durante el embarazo. En el último mes del embarazo pasan a través de la circulación placentaria uno 625 mililitros de sangre por minuto. Esto elevaba el gasto cardiaco de la madre en un 30 a 40 por ciento por encima de lo normal.

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Problemas de la placenta

Uno de los problemas que pueden ocurrir al presentar una placenta fuera de lo normal, es la preeclampsia. Se estima que el 4 por ciento de las mujeres embarazadas presentan una elevación rápida de la presión arterial, esto es lo que se conoce como preeclampsia. Se ha descubierto que la mayoría de las mujeres que presentan preeclampsia tienen placentas demasiado pequeñas; analizando las placentas después del parto se han encontrado coágulos sanguíneos, decoloraciones y un suministro de sangre mal desarrollado.

Todavía no se sabe con exactitud qué es lo que ocasiona esta malformación de la placenta. Sólo se sabe que la placenta no se forma adecuadamente y no puede mantener las demandas del feto en crecimiento. Los trofoblastos no pueden cambiar completamente las células arteriales y empiezan a notarse los efectos en la presión arterial de la madre. La elevada presión arterial puede ser una forma de compensación al forzar más circulación hacia la placenta.

Las investigaciones realizadas en los últimos años, pueden ayudar a identificar las causas que ocasionan la mala formación de la placenta y así ayudar a los médicos a encontrar un tratamiento adecuado. En algunos casos de abortos continuos, se han encontrado, después de varios exámenes a la madre, desordenes sanguíneos hereditarios. Se utiliza un tratamiento y después la mujer puede tener un embarazo saludable.

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Rituales relacionados con la placenta

Cuando visite Chiapas, me acuerdo que un guía de turistas nos platicó que en esa comunidad era muy común, después de un parto, que el padre plantara la placenta en un rincón de la casa. Después de muchos años, esa historia se me quedo muy grabada. Pero no solo en la cultura maya la placenta tiene un significado especial, en varias culturas se hacen rituales específicos con la placenta. En comunidades mexicanas la placenta tiene un simbolismo especial, ya que para ellos sigue ligada al bebé y a la madre.

En algunos lugares se quema para agradecer el nacimiento; en otras comunidades es común enterrara en un rincón de la casa para evitar que los animales se la coman y ocasionen fuertes dolores de estómago en la madre y en el hijo; algunas comadronas “leen” la placenta para saber si la madre tendrá más hijos y predecir el sexo de estos.

En Estados Unidos, entre algunas mujeres, está de moda comerse la placenta. La cocinan, se la añaden a smoothies o la deshidratan y la encapsulan. La teoría detrás de esta práctica es que la placenta contiene una gran cantidad de nutrientes y hormonas. Uno de los estudios comúnmente citados por las adeptas a esta práctica, es una investigación de 1954 en el que se hablaba del incremento en la lactancia cuando las madres tomaban placenta liofilizada. Aunque no existen más estudios que comprueben o nieguen los beneficios de consumir placenta, es una práctica que ha ganado adeptas.

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Últimos descubrimientos sobre la placenta

En los últimos años, la comunidad científica se ha puesto las pilas y ha empezado a investigar este indispensable órgano humano. Hace tan solos unos años, los investigadores descubrieron que la placenta no es estéril como se pensaba. Al parecer cuenta con un microbioma propio que puede ser crucial para darle forma al sistema inmune del feto.

Este año, en Estados Unidos, se creó el Proyecto Placenta Humana que busca encontrar nuevos métodos y tecnologías para detectar anormalidades en la placenta cuando apenas empiezan a aparecer.

En algunos hospitales de Estados Unidos existen “bancos de placentas” donde especialistas las analizan después del nacimiento. Se buscan similitudes en casos clínicos para ver el efecto que pudo tener la placenta. El objetivo es que con esta información se puedan prevenir los problemas relacionados con la placenta en futuros embarazos.

Todavía falta mucha información por conocer sobre la placenta y sus efectos tanto en la madre como en el bebé.

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