La semana pasada, tres instituciones de la Unión Europea: el Parlamento Europeo, la comisión Europea y el Consejo de la Unión Europea, llegaron a un acuerdo provisional para prohibir las amalgamas dentales de mercurio en los niños menores a los 15 años, así como en las mujeres embarazadas y en periodo de lactancia. Esto entrara en vigor a partir del 1 de julio de 2018.
Estas acciones cuentan con el respaldo de la Academia Internacional de Medicina y Toxicología Oral (International Academy of Oral Medicine and Toxicology, IAOMT), un grupo sin fines de lucro que busca eliminar el uso odontológico del mercurio a nivel mundial. Se sabe que el mercurio es un producto tóxico, y su uso en las amalgamas dentales ha sido relacionado con daño ambiental, además de un aumento en el riesgo de Alzheimer, esclerosis múltiple, infertilidad, ansiedad, depresión, fatiga y muchas otras condiciones adversas para la salud.
En los últimos años, muchos otros dispositivos médicos y sustancias que contienen mercurio han sido prohibidas, incluyendo desinfectantes mercuriales para heridas, diuréticos mercuriales, termómetros de mercurio y sustancias veterinarias con mercurio. Vivimos en una época en la que se le recomienda a las personas que se preocupen por la exposición al mercurio a través del consumo de pescado, pero es importante hacer conciencia sobre los rellenos dentales de mercurio, especialmente porque son la fuente predominante de exposición al mercurio en la población general.
Según datos de la IAOMT, a nivel mundial, el 45 por ciento de los pacientes odontológicos todavía reciben amalgamas dentales de mercurio. Y cientos de millones de personas tienen empastes con mercurio en su boca. Sin embargo muchos pacientes no son conscientes de que sus empastes de color plateado, además de plata, contienen 50 por ciento de mercurio, y tampoco conocen los riesgos ambientales y a la salud de este material.
El mayor problema de estas amalgamas son las liberaciones de vapor de mercurio. Se sabe que el vapor de mercurio se libera de los empastes dentales a velocidades más altas durante el cepillado, limpieza, apriete de los dientes, masticación, entre otros. Un estudio publicado por la Universidad de Georgia y la Universidad de Washington, demostró que las personas con niveles altos de mercurio eran aquellas con empastes dentales de amalgama de mercurio. Los niveles más altos se registraron en pacientes que tenían más de ocho restauraciones superficiales.
Muchas veces, cuando los pacientes reciben toda esta información deciden retirarse los empastes de mercurio. Sin embargo, es muy importante que la extracción se realice siguiendo ciertas medidas de seguridad, tanto para proteger al medio ambiente como al paciente y a los dentistas. De acuerdo a la “Técnica segura para la extracción segura de amalgamas de mercurio” de la IAOMT, es necesario utilizar separadores de amalgamas dentales, irrigación con agua, succión de alto volumen, máscaras filtro para mercurio, enjuagues de carbón vegetal u otro adsorbente similar, y otras rigurosas medidas de seguridad.
Debido a todo esto, es importante que otros países tomen como ejemplo la medida tomada por los países europeos, y generen directrices para restringir el uso odontológico del mercurio. La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos creo una norma para exigir a los dentistas, que para principios del 2020, cuenten con medidas de seguridad rigurosas para no tirar mercurio en el sistema de aguas público.
Imágenes | Rodrigo Cartagena Armijo | Juan Miguel Ramirez | Leonardo Needham |
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