Si tienes una reunión próximamente o simplemente quieres darte un gustito, te contamos cómo hacer Cheesecake sin horno de zarzamora, una receta cremosa y deliciosa para disfrutar este otoño.
El cheesecake es un postre perfecto cuando quieres algo fresco, suave y con un toque frutal. La zarzamora en cambio, con su color intenso y sabor ligeramente ácido, por lo que en esta receta se equilibra muy bien la cremosidad del queso.
Ideas para decorar un Cheesecake de Zarzamora
- Espejo de salsa uniforme: Cubre toda la superficie del cheesecake con la salsa de zarzamora que preparaste, creando un acabado liso y brillante. Finaliza colocando zarzamoras enteras frescas solo en el centro o alrededor del borde.
- Mitad y mitad: Deja la mitad del cheesecake expuesta (crema blanca) y cubre la otra mitad con la salsa. Usa una línea de frutos rojos variados (frambuesas, arándanos) para marcar la división.
- Efecto degradado: Vierte la salsa en el centro y déjala escurrir ligeramente por los bordes. Coloca las zarzamoras y un par de hojas de menta fresca en el centro para un contraste de color.
- Toque de miga: Justo antes de servir, espolvorea un poco de galleta triturada (la misma que usaste para la base) o nuez/almendra picada tostada sobre el borde superior o el centro de la salsa.
- Espiral de crema batida: Decora el borde con pequeños rosetones de crema batida (chantilly) y coloca una sola zarzamora fresca sobre cada rosetón.
- Menta y ralladura: Si quieres un toque de frescura y color, ralla un poco de cáscara de limón o naranja sobre el pastel (solo la parte de color, evita lo blanco) y adorna con pequeñas hojas de menta o albahaca para un contraste verde.
- Zarzamoras escarchadas (glaseadas): Pinta algunas zarzamoras con una capa muy fina de clara de huevo y luego pásalas por azúcar granulada para darles un aspecto "escarchado" o helado. Colócalas justo antes de servir.

- Tritura las galletas hasta obtener una textura de arena fina. Mezcla con la mantequilla derretida hasta formar una masa húmeda. Coloca esta mezcla en el fondo de un molde desmontable (20–22 cm), presionando bien con una cuchara. Refrigera mientras preparas el relleno.
- Hidrata la grenetina en las 3 cucharadas de agua fría y deja reposar 5 minutos. Luego fúndela a baño maría o en microondas (10 segundos).
- Bate el queso crema con el azúcar y la vainilla hasta que esté suave y sin grumos. En otro bowl, bate la crema para batir hasta que forme picos suaves. Incorpora la crema batida a la mezcla de queso con movimientos envolventes.
- Agrega la grenetina fundida poco a poco, integrando bien. Vierte la mezcla sobre la base de galleta y alisa la superficie. Refrigera al menos 4 horas o hasta que esté firme.
- Coloca las zarzamoras, azúcar y jugo de limón en una cacerola a fuego medio. Cocina unos 10 minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que las frutas suelten jugo.
- Añade la fécula de maíz disuelta y cocina 2 minutos más, hasta espesar ligeramente. Deja enfriar por completo.
- Una vez firme el cheesecake, desmóldalo con cuidado. Cubre la superficie con la salsa de zarzamora.
- Decora con zarzamoras frescas y unas hojas de menta (opcional). Sirve frío y disfruta de un postre cremoso, frutal y sin horno.

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