Esta semana tenía antojo de una pasta cremosa, pero que fuera consistente, y como no tenía muchos ingredientes para preparar la receta original de la boloñesa; decidí improvisar con carne molida, queso parmesano, crema, puré de tomate y me quedó deliciosa y así de cremosa como se ve. ¡Todo una platillo de restaurante en menos de 30 minutos!
Tips para cocinar la pasta para que no se bata
Nunca, nunca, nunca prepares primero tu pasta y luego tu salsa. Es uno de los errores más frecuentes que la gente comete, pero si dejas la pasta reposando se pegará entre sí y cuando desees integrarla a la salsa será difícil de incorporar.
Intenta utilizar una cazuela grande, la mayor de tu cocina, a ser posible con bordes altos, ya que así puedes mover la pasta bien para que no se quede pegada.
No agregues la sal al menos que el agua esté borboteando de caliente.
No añadas el clásico chorrito de aceite, no sirve de nada porque solo queda flotando en la parte de arriba del agua.
Cuece tu pasta como de costumbre con agua, sal y unas hojas de laurel.
En una sartén sofríe la carne molida con una cucharada de sal y pimienta negra molida, 1/2 cucharada de paprika, 1/2 cucharada de ajo y cebolla en polvo. Fríe hasta que esté cocida por completo.
Cuando la carne esté cocida por completo, añade el puré de tomate espeso, mezcla y añade la crema espesa.
Deja sazonar por 5 a 8 minutos y añade media o una taza de queso parmesano en láminas para darle un toque mas cremoso. Retira del fuego y sirve con más queso parmesano rallado polvoreado.

¿Con qué servir o acompañar esta pasta estilo boloñesa?
- Ensalada César: Un clásico que nunca falla. La combinación de lechuga romana, pollo a la plancha, bacon, queso parmesano y salsa César aporta un toque crujiente y sabroso.
- Ensalada caprese: Tomates frescos, mozzarella, albahaca y un chorrito de aceite de oliva virgen extra. Sencilla, pero irresistible.
- Ensalada fresca: Una base de lechuga variada, acompañada de pepino, tomate, cebolla y un aliño ligero. Ideal para equilibrar los sabores fuertes de la lasaña.
- Ensalada de quinoa: Si buscas una opción más nutritiva, la quinoa puede ser una excelente base para tu ensalada. Combínala con verduras frescas, frutos secos y un aderezo de limón.
- Pan de ajo: Un acompañamiento clásico y delicioso. El ajo y el queso derretido complementan a la perfección la salsa boloñesa.
- Papas al horno: Un plato sencillo y reconfortante. Puedes sazonarlas con hierbas aromáticas, ajo y un poco de aceite de oliva.
- Verduras al horno: Una opción más ligera y saludable. Puedes asar berenjenas, calabacín, pimientos y cebollas, aderezándolas con un poco de aceite y especias.
- Hongos salteados: Los hongos aportan un sabor umami que combina muy bien con la salsa boloñesa. Saltéalos con ajo y mantequilla para un resultado delicioso.
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