El chile poblano solo va con nogada y relleno. Hay muchas opciones en las que podemos utilizar este tipo de chile en estas Fiestas Patrias, sobre todo si en el plan hay una parrilla de carbón. Será ideal para la receta de hoy, así que aparta unos chiles y enciende el carbón para hacer una salsa.
En México bien sabemos que “si no pica la salsa, no es salsa”. Nos encanta ponerle picante a todo y esta salsa de chile poblano es un gran complemento para tus antojitos patrios, para pambazos, flautas y sopes. Puedes seguir nuestros tips para pelar los chiles después de ponerlos al carbón.
Para limpiar un poblano tatemado
Probablemente esta sea la parte menos disfrutable, pero con los guantes las cosas van a ser más fáciles y no nos vamos a enchilar.
Puedes tatemar y sudar los chiles de la forma tradicional en un comal, pero asegúrate que esté bien caliente para acelerar el proceso o que sea directo en la flama de gas. Será aún más rápido. Mételos a una bolsa y cúbrelos con un trapo que conserve el calor.
La otra forma es tatemarlos en una freidora de aire precalentada por 3 minutos a 300°C, mete los chiles por 10 minutos, pero recuerda hacer pausas para voltearlos y que se puedan tatemar de todos los lados. Una vez listos pásalos a una bolsa como el método tradicional.
Cuando veas que están bien sudados no vamos a limpiar la piel cachito por cachito. Vamos a agarrar una pala miserable y vamos a empezar a raspar cuidadosamente la piel hacia una sola dirección. Deben estar bien tatemados para que sea rápida la limpieza.
Conforme vayas retirando la piel en tu bote de basura, procura sacudir la cuchara y tener un recipiente con agua para enjuagarla y retirar la piel sobrante que se quedó en esta. Repite así con todos los chiles, y si aún no están desvenados y despepitados el truco de hacerlo con cuchara es mucho más útil ahora por la suavidad del chile.
Empezamos por desinfectar los tomates y los chiles poblanos, partirlos por la mitad o abrir un orificio por el rabillo del chile para retirar solo las pepitas del chile.
El chile poblano no suele ser picoso, por lo que vamos a dejar las venas para que esté concentrado el sabor, sin embargo, si consideras que los tuyos están picosos retira las venas.
Pon tus chiles y tomates al carbón para tatemarlos. Después llévalos a sudar a una bolsa con un trapo húmedo.
Cuando estén listos, límpialos con los tips anteriores, y deja uno semi-limpio.
Pela los dientes de ajo, la cebolla y llévalos a la licuadora con una pizca de comino y sal junto con el tomate y los chiles.
Muele los chiles con pulsaciones para que adquieran la consistencia que desees, pero si cuentas con un molcajete; ¡ya sabes qué hacer!
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