La temporada de calabaza no solo es ideal para platos salados, también puedes disfrutar de su sabor en postres reconfortantes. Los macarrones de calabaza se han convertido en una opción deliciosa y sencilla para quienes quieren sorprender con un toque otoñal sin complicaciones. Con solo 7 ingredientes, este postre combina la suavidad de la calabaza con el crujiente característico de los macarrones, creando un equilibrio perfecto de textura y sabor.
Preparar macarrones de calabaza en casa no requiere experiencia previa ni ingredientes difíciles de conseguir. Además, son perfectos para acompañar un café o té por la tarde, o incluso para compartir en reuniones familiares. Su color cálido y su aroma especiado harán que cualquier momento sea más acogedor y especial.
Consejos para unos macarrones perfectos
Para que los macarrones de calabaza queden uniformes, utiliza una bandeja bien plana y forma los círculos de tamaño similar. Otra recomendación es tamizar la almendra molida y el azúcar glas antes de incorporarlos, evitando grumos y asegurando una textura más fina. Finalmente, deja reposar los macarrones fuera del horno antes de retirarlos del papel para que no se rompan.
Estos macarrones son un postre versátil, fácil de preparar y con ingredientes accesibles. Su color y aroma los hacen perfectos para la temporada de otoño, mientras que su textura combina suavidad y crocancia de manera irresistible. Con esta receta podrás sorprender a todos con un postre otoñal delicioso y sencillo. Solo 7 ingredientes y unos minutos de tu tiempo son suficientes para disfrutar de un dulce que conquista por su sabor, aroma y presentación.

- Comienza batiendo las claras de huevo con la pizca de sal hasta obtener picos suaves. Incorpora poco a poco el azúcar glas, continuando el batido hasta conseguir un merengue brillante.
- Añade la almendra molida, la canela y el puré de calabaza, mezclando con cuidado para no perder aire en la preparación.
- Luego, coloca la mezcla en una manga pastelera y forma pequeños círculos sobre una bandeja cubierta con papel encerado.
- Hornea a 160 °C durante 12 a 15 minutos, hasta que los bordes estén firmes, pero el interior permanezca suave.
- Deja enfriar y, si deseas, decora con un poco de chocolate derretido por encima para un toque extra de sabor.
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