En un día nublado, siempre se agradece poder saborear una sopita calientita, ¿no lo crees? Por ello, hoy sabrás cómo sazonar 1 litro de caldo para sopa de tortilla, cuyo secreto está en asar este ingrediente.
Al ser la sopa de tortilla uno de los platillos más icónicos y tradicionales de la cocina mexicana, debes saber que el secreto de su sabor está en su base o caldo, que si lo realizas de la manera correcta puedes llevarlo a otro nivel, pues dará como resultado un caldo intenso y lleno de sabor.
¿Qué es en realidad la sopa de tortilla?
Se cuenta que, entre las múltiples formas de disfrutar la tortilla, una de las más sabrosas es en esta preparación aromática conocida como sopa de tortilla. Aunque su origen exacto no está del todo claro, se le atribuye como una especialidad originaria de la CDMX, donde un caldo de pollo se enriquece con jitomate, cebolla, chiles chipotles, epazote y tiras de tortilla frita.
Según Taste Atlas, "espesa, nutritiva y rica, la combinación de estos ingredientes se realza con los contrastes de sabores y texturas que caracterizan la comida típica mexicana. Se recomienda acompañar la sopa con rebanadas de aguacate o queso rallado y servirla como entrada o como plato único".
Consejos para hacer la mejor sopa de tortilla
- Caldo de pollo casero: Este es, sin duda, el secreto número uno. Un buen caldo hecho en casa con huesos de pollo, verduras (cebolla, zanahoria, apio), hierbas de olor (laurel, tomillo, mejorana) y cocido a fuego lento por al menos 1-2 horas, hará una diferencia abismal. Si no tienes tiempo, busca caldos de buena calidad en el supermercado, pero el casero siempre ganará.
- Jitomate asado/hervido: Para un sabor más profundo y dulce, asa los jitomates antes de licuarlos. Si los hierves, asegúrate de que estén bien blandos. Pelarlos después de asar/hervir mejora la textura.
- Tostado (no quemado): Pasa el chile pasilla por un sartén caliente sin aceite, solo unos segundos por cada lado, hasta que suelte su aroma. Si se quema, amarga. Esto intensifica su sabor.
- Hidrata los chiles: Una vez tostado, hidrátalo en agua caliente (la misma agua donde cociste los jitomates) por unos minutos para que se ablande antes de licuarlo.
- Quita las venas y semillas: Si no quieres mucho picante. Si te gusta el toque ahumado y picante, puedes dejar algunas semillas.
- Tortillas del día anterior: Son ideales porque tienen menos humedad y se fríen mejor, quedando más crujientes. Corta las tortillas en tiras uniformes para que se frían parejo y que la presentación sea bonita.
- Freído crujiente: Fríe las tiras de tortilla en aceite bien caliente hasta que estén doradas y crujientes. Retíralas a papel absorbente para eliminar el exceso de grasa. Esto es crucial para que no se aguaden al contacto con el caldo caliente.
- Licúa algunas: Un truco para espesar y darle más sabor a "tortilla" al caldo es licuar unas cuantas tiras de tortilla ya fritas junto con el jitomate y el chile.
- Licúa bien: Asegúrate de licuar todos los ingredientes de la salsa (jitomate, chile, cebolla, ajo, tortilla frita) hasta obtener una mezcla muy homogénea.
- Toque aromático: El epazote es fundamental para el sabor auténtico de la sopa de tortilla. Agrega una o dos ramitas al caldo mientras hierve. Retíralo antes de servir. Su aroma es inconfundible y característico.
- Cocina la salsa: Una vez que hayas agregado la salsa al caldo colado, deja que hierva a fuego suave durante al menos 10-15 minutos. Esto permite que todos los sabores se mezclen y profundicen.

- Coloca la pechuga de pollo en una olla con el 1/4 de cebolla, el diente de ajo y la ramita de cilantro.
- Agrega el litro de agua y una pizca de sal y cocina hasta que llegue a ebullición, luego reduce el fuego a medio-bajo, cubre con una tapa y cocina por unos 20-25 minutos o hasta que el pollo esté cocido y tierno.
- Retira el pollo y cuela el caldo para eliminar la cebolla, el ajo y el cilantro. Reserva el caldo limpio y el pollo puedes desmenuzarlo para usarlo como guarnición de la sopa.
- Corta las 2-3 tortillas de maíz en trozos medianos (pueden ser cuadrados o triángulos, no únicamente tiras finas).
- Pasa por la flama o asa los chiles ligeramente sobre un sartén o comal para que suelte su aroma.
- Calienta dos cucharadas de aceite vegetal en un sartén a fuego medio.
- Sofríe los chiles pasillas (entero o en trozos grandes si lo desvenaste) por unos segundos por cada lado. Ten cuidado de que no se queme, ya que se amarga. Retira y reserva.
- Fríe los trozos de tortilla en el mismo aceite, hasta que estén dorados y crujientes. Retira del sartén y colócalos sobre papel absorbente para quitar el exceso de grasa.
- Pon a hervir los 2 jitomates en una olla pequeña con un poco de agua, el 1/4 de cebolla extra y los dientes de ajo hasta que los jitomates estén suaves y su piel empiece a desprenderse.
- Licúa los jitomates, la cebolla, el ajo, los chiles pasilla fritos y 2-3 de los trozos de tortilla frita (esto le dará cuerpo y un sabor auténtico al caldo). Puedes agregar un poco del caldo de pollo reservado si necesitas más líquido para licuar.
- Cuela la salsa obtenida directamente en la olla donde tienes el caldo de pollo limpio. Esto asegurará una textura suave para tu sopa.
- Agrega la rama de epazote al caldo con la salsa de jitomate y lleva a ebullición a fuego medio. Una vez que hierva, baja el fuego y cocina a fuego lento por unos 10-15 minutos para que los sabores se integren.
- Prueba el caldo y ajusta la sal si es necesario.
- Sirve la sopa de tortilla con tortilla frita, queso panela en cubitos y aguacate en rebanadas.

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