En México bien sabemos que "Si no tiene chile, no es una comida completa". Nos encanta comerlo en todo tipo de salsas y como sazonador, pero hay uno en particular que es delicioso porque podemos comer la pieza completa ¡y es deliciosa, carnosa y muy adictiva! Se trata del chile poblano y aunque nos encante comerlo relleno, como en los clásicos chiles capeados o en los especiales chiles en nogada, no hay nada que amemos más que las cremosas rajas con crema y elote.
Esta preparación tiene un sabor muy peculiar, ya que mezcla a la perfección el sabor tatemado de los chiles poblanos con la crema y el elote. No nos dejarán mentir: son adictivos. A mí, personalmente, me encantan las rajas con crema en todas sus presentaciones: en taquitos, con una tortilla doradita; en quesadillas de rajas, calentitas de tortilla azul con mucho, mucho queso. Con elote, con pollo, como guarnición. Te invitamos a que las pruebes de todas las maneras posibles, pero advertimos que vayan con precaución, ya que una vez que empiezas, ya no puedes parar.
Se trata de un platillo muy sencillo de preparar. Tal vez la parte más compleja en la preparación es manipular adecuadamente los chiles, porque hay que dominar bien la técnica de tatemado y limpieza para que queden tiernitos, dulces y nada picosos. Pero no te asustes, te compartiremos la técnica adecuada para que los prepares como todo un experto.
Te compartimos esta sencilla receta de rajas con crema y elote, una receta típica de la gastronomía poblana. Se te hará agua la boca incluso antes de empezar a cocinarlo.
Para asar los chiles:
Colocamos los chiles, ya limpios, directamente sobre la llama de la estufa y los dejamos asar hasta que veamos que la piel comienza a tornarse de color negro y se puede desprender. Los volteamos periódicamente para que queden asados de forma uniforme.
Una vez que estén completamente tatemados los colocamos dentro de una bolsa de plástico que a su vez cubriremos con una toalla de cocina. Los dejaremos asarse en su propio vapor por otros 10 o 15 minutos, hasta que afloje su piel.
Después de que haya pasado ese tiempo, podrás darte cuenta de que la piel de los chiles se desprenderá fácilmente. Con ayuda de un cuchillo, haz una ranura por el lado del chile y quitamos el nucleo con semillas y las venas. Luego limpiamos la piel del chile frotando con los dedos o con una toalla de papel hasta que quede lisa por ambos lados, sin costras ni chile. Recomendamos que te laves muy bien las manos después de este proceso y que antes de eso, por nada del mundo, te toques la cara, ya que podrías irritarte.
Para el resto de la preparación
*Cortamos la piel de los chiles en tiras y cortamos la cebolla blanca en julianas.
En una sartén, a fuego medio, ponemos a calentar aceite. En cuanto el aceite esté caliente, agregamos las cebollas y las freímos sin dejar de remover. Tienen que tornarse de un color ligeramente transparente, pero no deben de llegar a dorarse.
Agregamos el diente de ajo picadito, lo dejamos cocinar por dos minutos y después de eso, añadimos las tiras de chile poblano. No olvides remover constantemente, mientras las dejamos por otros dos minutos.
Luego agregamos la crema y los elotitos, y dejamos cocer a fuego lento durante 2 o 3 minutos y, finalmente, sazonamos con sal al gusto.
Existen muchas variaciones de este platillo: se les puede agregar tiras de pechuga cocidas, queso fresco, papas, etc. Puedes prepararlo como mejor te plazca. Por ejemplo, te compartimos esta deliciosa receta de lasaña de rajas de poblano con elote.
