Para el agua o para preparar una salsa agridulce para bañar alitas o costillas, el tamarindo es un ingrediente que llegó de África para conquistar los paladares mexicanos, así que la próxima vez que hagas una receta y te sobren sus cáscaras, te compartimos 3 usos para aprovecharlas y evitar desperdicios.
Este fruto fue introducido al Nuevo Mundo entre los años 1700 y 1800, probablemente junto con los primeros embarques de esclavos provenientes del oeste de África, según indica la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
En México, puede encontrarse de forma silvestre en las costas del Pacífico, principalmente en los estados de Jalisco, Colima y Guerrero. Actualmente, es una especie muy cultivada en la mayoría de las regiones tropicales desde el "sur de Florida, Los Cayos, Bermudas, Cuba y Puerto Rico", recalca la comisión.
El tamarindo, perteneciente a la familia de las leguminosas, es una fruta cuya pulpa marrón oscuro y de sabor agridulce se encuentra dentro de una vaina larga y curvada y, cuyo nombre, proviene de un vocablo árabe que significa “dátil de la India”.

Cómo limpiar y retirar las cáscaras al tamarindo correctamente
Limpiar y retirar las cáscaras y fibras del tamarindo correctamente es clave para obtener una pulpa pura y deliciosa. Te damos el paso a paso:
- Elige tamarindos que se sientan firmes, no blandos y revisa que no tengan moho.
- La cáscara del tamarindo es quebradiza, puedes romperla con los dedos, aplicando presión suavemente a lo largo de la vaina y después desecha los trozos de cáscara.
- Una vez retirada la cáscara, notarás unas "venitas" o fibras más duras que recorren la pulpa. Es importante retirarlas, ya que son leñosas y poco agradables al paladar. Puedes hacerlo manualmente con los dedos.
- Coloca los tamarindos pelados (sin la cáscara y las fibras ) en un recipiente y cúbrelos con agua tibia (no hirviendo, para no "cocinar" la pulpa en exceso). Déjalos así durante unos 10 a 30 minutos, o hasta que la pulpa se ablande. Si notas que el tamarindo está muy seco, puedes dejarlos más tiempo.
- Con las manos limpias (o con un machacador de papas si la cantidad es grande), comienza a apretar y frotar los tamarindos en el agua. La pulpa se irá desprendiendo de las semillas y las fibras.
- Una vez que la pulpa se ha desprendido lo suficiente, pasa toda la mezcla (pulpa, semillas, fibras y agua) por un colador o una malla fina. Usa una cuchara o tus manos para presionar la pulpa contra el colador, exprimiendo todo el líquido y la pulpa suave, y dejando las semillas y las fibras duras atrás.

Cuáles son los usos cáscaras de tamarindo para evitar desperdicios
En México el principal uso del tamarindo es para hacer dulces, bebidas y salsas, pero si al utilizarlo te ha surgido la duda sobre cómo darles una segunda oportunidad a sus cáscaras, entonces te interesarán estos 3 usos para aprovecharlas y evitar desperdicios:
1- Abono natural para plantas: No tires las cáscaras de tamarindo a la basura. Son una excelente fuente de nutrientes para tus plantas. Puedes triturarlas y añadirlas directamente a la tierra de tus macetas o incorporarlas a tu composta. Aportarán materia orgánica y minerales que beneficiarán el crecimiento de tus cultivos.
2- Infusión: Las cáscaras de tamarindo se pueden usar para preparar una infusión. Para prepararla solo hierve las cáscaras en agua, cuela y disfruta. Puedes añadir un poco de miel si lo deseas.
3- Limpiador: Una vez secas, las cáscaras pueden triturarse en la licuadora o con un procesador de alimentos y mezclarse con un poco de bicarbonato para formar un limpiador casero; útil para remover grasa o suciedad en utensilios de cocina que tengan grasa pegada.
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