La cebolla es uno de los ingredientes más usados en la cocina mexicana, pero también uno de los que más divisiones causa por su sabor intenso y su aroma persistente. Ya sea que la uses cruda para acompañar tacos, en salsas o ensaladas, ese toque picante puede dominar el resto de los sabores si no se utiliza correctamente.
El chef Heinz Wuth, del canal Ciencia y Cocina, comparte tres métodos simples y efectivos para eliminar el sabor fuerte de la cebolla sin alterar su textura ni su aporte crujiente. Lo mejor es que no necesitas más que agua, sal y unos minutos de reposo.
Remojo en agua helada
Uno de los trucos más efectivos para suavizar la cebolla cruda es remojarla en agua y hielo durante unos 10 minutos. Este proceso ayuda a que los compuestos sulfurosos, responsables del sabor picante y del olor intenso, se diluyan parcialmente, logrando un gusto más equilibrado.
El cambio de temperatura hace que las fibras de la cebolla se contraigan ligeramente, reduciendo el contacto con los aceites naturales que provocan la sensación de ardor. Es ideal para preparar cebolla morada para cochinita pibil o pico de gallo.
Cebolla en agua fría. Foto: Freepik
Con sal y enjuague en frío
Si quieres una cebolla con un sabor más dulce y menos penetrante, prueba frotarla con sal y dejarla reposar unos cinco minutos antes de enjuagarla con agua fría. Este proceso actúa como una “cura” que extrae parte del azufre volátil y suaviza la textura.
Además, la sal ayuda a conservar el color brillante, especialmente si usas cebolla morada. Después de enjuagar, puedes usarla directamente en ensaladas, guacamole o salsas frescas sin preocuparte por que opaque otros sabores.
Agua con sal. Foto: Freepik
Enjuagues con agua caliente y fría
Otra técnica consiste en alternar enjuagues con agua caliente y fría. Primero, pasa las rodajas por agua caliente durante 10 segundos para eliminar el sabor más picante, y enseguida sumérgelas en agua helada para detener la cocción.
Este choque térmico mantiene la cebolla crujiente, pero elimina buena parte de los compuestos que irritan los ojos y el paladar. Es un método ideal para quienes prefieren una textura firme sin la sensación de irritación.
Cebolla hervida. Foto: Freepik
Qué método elegir según el tipo de platillo
Si la usarás en preparaciones frías como ceviche o ensaladas, el remojo con agua helada es la mejor opción. Para salsas o guarniciones donde la cebolla será protagonista, como la de chile habanero o las encurtidas, lo ideal es el método con sal. Y si buscas equilibrio total, alternar agua caliente y fría es la técnica más versátil.
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