¿Te ha pasado que estás comiendo y, de pronto, sientes un sabor metálico raro en la boca? No, no estás imaginando cosas. Y aunque muchas veces se ignora, lo cierto es que no es normal que los cubiertos dejen sabor a metal. Ese detalle que parece mínimo podría afectar tu salud más de lo que crees.
¿Por qué los cubiertos saben a metal?
La mayoría de los cubiertos están hechos de acero inoxidable, un material seguro y duradero. Sin embargo, cuando el acero es de mala calidad o ha sido mal tratado, puede liberar pequeñas cantidades de iones metálicos que alteran el sabor de los alimentos, especialmente si estos son ácidos, como el jitomate, el vinagre o los cítricos. Esa reacción química es la que provoca el desagradable sabor metálico.
Invierte en cubiertos de calidad. Foto: Pexels
Otra causa común es la calidad del cubierto. Existen versiones muy económicas que no usan acero inoxidable de grado alimenticio, y eso puede provocar que los materiales reaccionen más fácilmente con la comida o incluso con la saliva.
¿Puede afectar mi salud?
Sí. Aunque no se trata de una intoxicación inmediata, ingerir pequeñas partículas de metales como níquel o cromo con frecuencia puede tener efectos negativos a largo plazo, como irritación estomacal, alergias cutáneas o sensibilidad oral. Además, si el sabor metálico es constante y no proviene de los cubiertos, podría deberse a problemas bucales como deficiencia de zinc, vitamina B12, infecciones dentales o incluso efectos secundarios de medicamentos. En ese caso, lo mejor es consultar a un médico.
Los cubiertos pueden no ser los culpables. Foto: Pexels
¿Cómo evitarlo?
Invierte en calidad. Adquiere cubiertos de acero inoxidable de grado alimenticio (304 o 18/10, por ejemplo). Suelen ser un poco más caros, pero duran años y no alteran el sabor de los alimentos.
Lávalos bien antes de usarlos. Si son nuevos, hiérvelos o lávalos con agua caliente y jabón para eliminar residuos industriales.
Evita el contacto prolongado con alimentos ácidos. Usa cubiertos de silicona o madera si vas a cocinar con ingredientes muy ácidos.
Revísalos periódicamente. Si se ven rayados, oxidados o cambian de color, es hora de decirles adiós.
No ignores ese sabor metálico: a veces, los pequeños detalles en la cocina pueden decir mucho sobre tu salud y bienestar.
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