Si hablamos de tacos, hay un claro favorito: los de pastor. Este clásico de la gastronomía mexicana conquista tanto a locales como a turistas por su sabor único y su toque inconfundible con piña, cebolla y cilantro. Son vistosos, sabrosos y siempre se disfrutan mejor recién salidos de la plancha.
El secreto está en la carne y, sobre todo, en el adobo. Ese marinado es lo que transforma cualquier corte en un festín lleno de sabor. Y lo mejor es que no necesitas un trompo de taquería para prepararlos: con esta receta casera puedes lograr el mismo efecto y sorprender a tu familia o amigos.
¿Qué corte de carne usar para tacos al pastor?
Pierna: es un corte rendidor y con buena textura, aunque tiende a ser un poco más seco porque casi no tiene grasa.
Papada: muy económica y de textura suave, casi gelatinosa, que bien cocinada resulta deliciosa.
Cabeza de lomo: la favorita de muchos, ya que su marmoleado de grasa le da jugosidad y un gran sabor.
- Prepara el adobo
Limpia y desvena los chiles, luego ponlos a remojar. Una vez listos, licúa junto con la cebolla, los clavos, las pimientas, el orégano, el jugo de naranja y el vinagre hasta obtener una mezcla uniforme.
- Marina la carne
Coloca el cerdo en un refractario y báñalo con el adobo. Cubre y deja reposar mínimo tres horas en refrigeración para que absorba todos los sabores.
- Cocina la carne
Fríe las piezas en un sartén caliente hasta que queden doradas y bien cocidas. Después puedes picarlas en trozos pequeños, al estilo taquería.
- Sirve y disfruta
Arma los tacos con tortillas de maíz calientes y acompaña con cebolla, cilantro fresco y un toque de piña. ¡El sabor será tan auténtico que no extrañarás el trompo!
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