Las costillas de cerdo son nuestras favoritas para la carne asada, para el año nuevo, para un cumpleaños y para cualquier ocasión. Siempre confiamos en la sal y la pimienta para cocinarlas, y cuando le metemos producción suelen ser a la BBQ, pero hoy traemos la receta de una salsa de tamarindo que vas a alucinarla.
Las costillas son clásicas por combinar con cualquier cosa, y siempre son muy fáciles de hacer. Esta receta no va a ser la excepción, solo que sí requieren un poquito de tiempo para prepararlas; recuerda que toda carne requiere su tiempo preciso para quedar en su punto y para no poner en riesgo nuestra salud.
El tamarindo es un ingrediente que muchos suelen evitar por su propiedad ácida, pero si lo sabes balancear con los elementos adecuados, te ayudará a realzar ciertos sabores de tu platillo, o incluso, puede ser tu arma secreta para corregir sabores pasados de sal, picante o azúcar. ¡Seguro que no lo habías pensado!
Mientras tanto, aquí te dejamos cuatro beneficios del tamarindo demostrados en Tamarind: A diet-based strategy against lifestyle maladies:
El tamarindo tiene propiedades anticancerígenas.
Las semillas de tamarindo fueron utilizadas y destinadas como tratamiento microbiano en ciertas industrias.
El extracto de la cubierta de la semilla de tamarindo tiene una sustancia antioxidante benéfica para la piel.
Al contener flavonoides tiene un efecto benéfico para la salud cardiovascular de los seres humanos.
En un recipiente mezcla la sal, el ajo en polvo, la pimienta, el clavo de olor y aceite, revuelve muy bien hasta conseguir una especie de pasta.
Unta esta mezcla en todas las costillas de cerdo y reserva.
En un sartén agrega un poco de aceite, una vez que esté caliente incorpora el ajo previamente picado, media cebolla picada y sofríe muy bien.
Mientras precalienta el horno a 180°C.
Incorpora la pulpa del tamarindo, el refresco de cola, la salsa de soya y las cucharadas de jengibre en polvo. Baja la intensidad de la flama y mueve constantemente hasta que la salsa se espese, después retira del fuego.
Coloca las costillas en un refractario y báñalas con la mitad de la salsa para que queden bien cubiertas, después tapa con papel aluminio y mételas al horno, cocínalas por 1 hora y media a 200°C.
Diez minutos antes de que terminen su cocción, quítales el papel aluminio y termina de hornear, esto ayudará a generar una especie de costra caramelizada y un doradito espectacular.
Transcurrido el tiempo puedes retirar del horno y bañar con más salsita de tamarindo.
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