En los últimos meses hemos visto partir algunos de los chefs más reconocidos del universo de la gastronomía internacional. Este día el mundo del buen comer está de luto con el fallecimiento del mundialmente reconocido chef francés Joel Robuchon. A la edad de 73 años, Robuchon luchó durante los últimos años de un cáncer de páncreas que lo mantenía alejado de los reflectores.
Recordemos que hace apenas unos meses la gastronomía francesa ya había perdido uno de sus grandes talentos con la muerte del gran Paul Bocus. Hace apenas unas semanas nos enterábamos también del suicidio del magnífico Anthony Bourdain, un chef fuera de norma que se había dado a conocer por su trabajo en televisión.
Joel Robuchon había logrado lo que ninguno otro chef internacional al haber sido galardonado con nada menos que 32 estrellas Michelin, la famosa y prestigiada guía gastronómica referente de la buena comida. La carrera de Robuchon en la cocina comenzó de manera casi accidental, a los doce años, cuando se encontrada estudiando en el seminario para convertirse en sacerdote. Ahí, ayudando a las monjas en la cocina, nación su pasión por la cocina. Su carrera iniciaría en 1960, poco antes de los 15 años, como aprendiz del chef Robert Auton.
Joel Robuchon será recordado no solamente por su comida exquisita e innovadora. Fue el quien uso por primera vez un mandil negro en la cocina, rompiendo así el estereotipo del blanco inmaculado de los chefs tradicionales. En el año 2003, cansado del universo de la alta gastronomía, inalcanzable y pretenciosa, crea el concepto de los “Ateliers” en el que los comensales podrían comer en un ambiente más informal y accesible las mejores creaciones del chel. Finalmente recordaremos a Joel Robuchon como el chef que nos enseñó a preparar el mejor puré de papa con su receta básica de un kilo de papas cocidas machacadas con 250 gramos de mantequilla, 250 ml de leche entera y sal.
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