La cochinita pibil es uno de los platillos más emblemáticos de la cocina yucateca. Para los que tenemos la fortuna de vivir en México reconocemos la dicha que genera comerse un buen taquito de cochinita con mucha cebolla, limón y salsita de habanero. Una delicia, si me lo preguntan.
Este 2021, Taste Atlas, conocida como la Enciclopedia de la Comida Más Popular del Mundo coronó a la deliciosa receta tradicional como el platillo tradicional más delicioso del año en su ranking.
La cochinita pibil es un platillo preparado con carne de cerdo pelón mexicano, de ahí el nombre de cochinita, o cerdo condimentada con recado rojo, marinado con jugo de naranja agria y algunas otras especias tradicionales de la comida del sureste mexicano como comino y pimienta de Tabasco. Todo esto se envuelve en hojas de plátano y se cocina en un horno subterráneo o piíb.
Sin embargo, es un platillo algo complejo de preparar; al menos, de la manera tradicional, puesto que no tenemos todos los utensilios para prepararlos tal como lo hacen en Yucatán. Pero eso no representa ninguna limitación: preparar este exquisito platillo en casa puede ser muy sencillo y no tomará mucho tiempo prepararlo si utilizas tu olla exprés.
Salpimientamos perfectamente la carne y la dejamos reposar por al menos 15 minutos.
Mientras tanto licuamos el jugo de limón, de naranja, el agua, la cebolla, los ajos y el achiote con una pizca de sal. Reservamos.
Calentamos la olla exprés con dos cucharadas de aceite para comenzar a sellar la carne. Una vez que la carne de cerdo esté sellada, añadimos el adobo y el resto de las especias. Cerramos la olla y dejamos que se cocine a fuego lento por al menos 30 minutos después de que comience a sonar la válvula.
Una vez que haya pasado el tiempo, retiramos la olla del fuego y dejamos reposar hasta que baje la válvula. Una vez que puedas abrir la olla, verifica que la carne esté suave y rectifica la cantidad de sal. Desmenuzamos bien la carne y servimos al gusto. No olvides acompañar con cebolla y alguna salsita casera de habanero. Quedará para chuparse los dedos.
Fotografías | AD Magazine
