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Los monjes son los mejores aliados para productos de belleza

Los monjes son los mejores aliados para productos de belleza
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Una nueva moda se está apoderando de Italia y se está llevando a cabo en los monasterios. Y no, no se trata de que los italianos estén buscando una guía espiritual, sino que buscan la regeneración del cuerpo. Sabemos que los monjes son muy buenos cuando se trata de producir vino, cerveza, quesos, carnes, entre otras cosas. Y resulta que también dominan el área de los cosméticos y productos anti-envejecimiento.

En la gran mayoría de los casos, las órdenes monásticas sobreviven gracias al trabajo manual, la obra misma es parte de la vida espiritual. Durante los fines de semana, la gente acude a las farmacias de los frailes para comprar cremas para el rostro, manos y pies, shampoos para la caspa, acondicionadores, aceites curativos, jabones, exfoliantes corporales de algas marinas y lociones para atacar la celulitis y las arrugas.

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También cuentan con productos que parecen totalmente milagrosos, como las “gotas imperiales” que se utilizan para tratar reumatismo, dolores de estómago, mareos, infecciones bucales, congestión nasal y hasta el mal aliento. Todos los productos son hechos a partir de recetas milenarias que se encuentran dentro de los monasterios, y la mayoría de las veces utilizan hierbas e ingredientes que los mismos monjes cultivan.

Farmacia de Santa María Novella

Un ejemplo es la farmacia de Santa María Novella en Florencia, que abrió sus puertas desde 1221. La farmacia fue fundada por los monjes dominicos, y 800 años después sigue siendo un lugar reconocido por sus productos de belleza tanto para hombres como mujeres. Durante el siglo XVI, se dice que Santa Maria Novella fue la farmacia encargada de crear un perfume nuevo y único para Catalina de Médici, la reina de Francia nacida en Florencia.

En todos estos casos el proceso es completamente artesanal. Los monjes utilizan métodos, técnicas e utensilios tradicionales. Y todo esto lo tienen que compaginar con sus actividades diarias. De hecho algunas compañías de belleza se han acercado a la sabiduría de los monjes para la fabricación cremas, suero y tónicos. Las compañías recogen el producto terminado en el monasterio y se encargan de la mercadotecnia, distribución y venta.

Loción casera

Y no sólo es una moda en el viejo continente. Hace algunos años, los monjes del monasterio de las Carmelitas Teresianas en Estados Unidos empezaron a fabricar su propia crema cuando se quedaron sin formas de recaudar dinero para sus obras caritativas. Un profesor de la escuela de medicina de Massachusetts que realizaba investigación sobre una sustancia biológica conocida como adenosina, les comento que también era conocida para la reducción de las arrugas. Con la ayuda del profesor, los monjes empezaron a fabricar y vender una crema basada en ese compuesto.

Si estas interesado en estos productos, puedes visitar la página de internet Holy Art que vende productos de diferentes monasterios italianos que van desde protectores solares, productos para el cuidado del hombre, productos para bebés y niños, cremas faciales y de labios, lociones corporales, aceites esenciales, entre muchos otros.

Imágenes | Sonia Scommegna | Graeme Churchard | Nina Nelson |

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