En las últimas semanas, las ensaladas han estado presentes tanto en las comidas como en las cenas, principalmente como un acompañamiento. Al no planearlas ni usar una receta en particular, he estado haciendo uso de los diferentes ingredientes frescos que tengo a la mano todos los días.
Conforme han pasado los días, me he dado cuenta de que he ido modificando la forma de prepararlas, desde luego, de acuerdo a los resultados que he tenido y lo poco o mucho que nos ha gustado la ensalada del día anterior. Preparar una ensalada puede ser la cosa más sencilla del mundo, pero lograr que sea perfecta tiene sus secretos guardados en los ingredientes que usemos.
Hojas verdes
Al ser la base de la mayoría de las ensaladas, debemos buscar que nuestros ingredientes de hoja verde sean los más frescos que podamos encontrar. Hoy en día, es fácil encontrar mezclas de hojas verdes listas para usarse en el supermercado, prelavadas y desinfectadas, que parecen ser bastante convenientes, pero que al mismo tiempo representan productos que no son tan frescos. Nada como comprar los corazones enteros de lechuga y separar sus hojas en casa.
Por otro lado, puede que el ritmo de vida actual nos impida ir al mercado o al tianguis a conseguir nuestras frutas y verduras, pero ésta siempre será la mejor opción, pues es allí donde las encontraremos más frescas y a un precio mucho más económico. El que estén más frescos implica, además, que nos durarán más tiempo.
Además, debemos recordar que las lechugas no son las únicas con hojas verdes. De inicio hay una buena variedad de lechugas entre las cuáles elegir, más allá de la romana o iceberg y la orejona. También son excelentes opciones la arúgula y los berros, que le darán un toque picante a nuestra ensalada. No olvidemos las endivias, las lechugillas, las verdolagas, las espinacas y la col rizada, que bien sirven para darle cuerpo a una ensalada.
Ahora bien, todos estos ingredientes de hoja verde hay que almacenarlos correctamente, pues es muy fácil que se marchiten rápidamente. Lo primero que debemos hacer tan pronto lleguemos a casa es eliminarles cualquier exceso de agua, pues tanto en los tianguis o supermercados es común que los remojen con un poco de agua para darles una apariencia más fresca, sin embargo, el exceso de agua causa su deterioro.
Las cabezas de lechuga pueden ser sacudidos, envueltas en una toalla de papel y almacenarse en una bolsa de plástico. Si hemos separado las hojas, es buena idea pasarla por un centrifugador de lechuga o bien envolverlas en un paño de cocina y agitarlo para eliminar el exceso de agua. Como regla general, todos los ingredientes de hoja verde deben conservarse en bolsas de plástico con una toalla de papel en el refrigerador para mantenerlos frescos por más tiempo.
Otros ingredientes
Las ensaladas deben tener algo interesante que nos haga anhelarlas una y otra vez. Debemos estar concientes que las hojas verdes no son los únicos ingredientes que podemos añadir sino que podemos elegir entre zanahorias, pepinos, rábanos, nabos, coles, habas, betabel, nueces, semillas tostadas, frutas frescas y frutas secas, todo tipo de quesos, trocitos de pan, huevos cocidos, duros o escalfados, verduras asadas, jitomates, papas hervidas, aceitunas, frijoles, quinoa, arroz integral, germinados, carnes y un largo etcétera, y cada uno de ellos, hará que nuestra ensalada tenga un sabor único y espectacular.
Aderezos
Encontrar diferentes aderezos para ensaladas en el supermercado es también muy fácil, pero además de lo negativo de los conservadores y otros químicos añadidos, su sabor tiene mucho que desearle al que encontramos en los aderezos caseros. Recetas para prepararlos hay muchas, pero solo basta con que hallemos al menos dos recetas que gusten mucho a nuestro paladar. Además, no es difícil hacerlos, y su preparación no nos llevará más de cinco minutos.
No olvidemos además, que una sencilla vinagreta a base de aceite de oliva y vinagre o jugo de limón, con una pizca de sal y otra de pimienta en muchas ocasiones puede ser lo único que necesitamos para realzar el sabor de los ingredientes de nuestra ensalada.
Usa tus manos
Puede parecer muy higiénico usar pinzas para revolver nuestra ensalada, pero realmente no es la mejor opción. Lávate bien las manos y úsalas para hacer ese trabajo. Los motivos, las pinzas pueden romper o aplastar las hojas verdes, mientras que nuestras manos son más suaves y flexibles, por lo que no las maltratarán, y además, lograrán que se cubran con el aderezo o la vinagreta de una manera más uniforme.
Pueden ser tu plato principal
Ya saben ustedes que hay pocas cosas que pueden prepararse de una manera tan fácil y rápida, sobre todo en un día en el que estamos muy ocupados, como las ensaladas. Para hacerlo aún más rápido, podemos preparar el aderezo o desinfectar nuestros vegetales con antelación. Si queremos que se convierta en nuestro plato principal, simplemente tendremos que cocinar alguna de nuestras proteínas favoritas y añadirla a la ensalada al momento de servir.