Si andas de antojo de tinga, pero ya estás harta de que siempre sea de pollo, debes saber que hay más posibilidades. Toma nota porque hoy te contamos cómo hacer tinga de res para 10 personas con un toque picosito, donde el secreto está en elegir la carne correcta.
Atrévete a preparar esta receta casera, que queda tan rica como la que te hacía tu mamá o abuelita, pues tiene todo para convertirse en uno de los guisados favoritos de tu familia, amigos o pareja.
Cuál es la mejor carne para hacer tinga de res
Elegir el la carne de res adecuada es fundamental para que la tinga quede con la textura perfecta y suavecita al paladar: carne suave, jugosa y fácil de deshebrar. Los cortes con fibras largas y un contenido limitado de grasa o colágeno son los que mejor resultado dan al cocerse lentamente. A continuación, te explicamos cuáles son las opciones más recomendadas para una carne tierna:
Falda de res: La falda de res (también conocida como suadero o brisket flat) es el corte más utilizado para preparar esta delicia, ya que ofrece una combinación ideal de sabor y textura. Sus fibras largas permiten que, después de una cocción lenta de entre una hora y media y dos horas, la carne se deshebre fácilmente sin perder sus jugos.
Chambarete: El chambarete (también conocido como jarrete o shank) es una excelente opción si prefieres un guisado con un sabor más intenso. Este corte proviene de las patas de la res e incluye parte del hueso y el tuétano, lo que aporta un caldo con mucho cuerpo y notas ricas en colágeno. Al cocerse, libera sus jugos, lo que da una carne extremadamente suave y una salsa más sabrosa.
Pulpa o espaldilla: Si buscas una alternativa más accesible y fácil de conseguir, la pulpa o espaldilla de res es una gran opción. Este corte es magro, rinde muy bien y, aunque no tiene tanta grasa como los anteriores, se puede suavizar perfectamente con una cocción lenta y por más tiempo. Para lograr una tinga jugosa con este tipo de carne, se recomienda añadir un poco del caldo con grasa o una cucharada de aceite vegetal al final de la preparación.

- En una olla grande, coloca la carne, 1/2 cebolla, 2 dientes de ajo, la sal gruesa y suficiente agua hasta cubrirla.
- Hierve a fuego medio-bajo hasta que la carne esté muy suave y se deshebre fácilmente (aproximadamente 1 hora y 1/2 a 2 horas y 1/2 en olla normal, o 40-50 minutos en olla de presión).
- Retira la carne y deshébrala finamente. Cuela y reserva al menos 1/2 taza del caldo de cocción.
- (Opcional): Para un sabor más profundo, asa los jitomates en un comal o sartén hasta que la piel se queme ligeramente. Si no, úsalos crudos.
- Coloca los jitomates asados/crudos, 2-3 dientes de ajo, los chiles chipotles y un poco del caldo reservado en la licuadora. Licúa hasta obtener una salsa homogénea y tersa. La cantidad de chipotle ajustará el nivel de picante; 4-6 chiles dan un toque picosito agradable.
- En un sartén u olla amplia, calienta el aceite o manteca. Sofríe la cebolla cortada en juliana a fuego medio hasta que esté transparente y dorada ligeramente (acitronada).
- Agrega la carne deshebrada a la cebolla y mezcla bien para que se incorporen los sabores. Cocina por 3-5 minutos.
- Vierte la salsa de jitomate y chipotle sobre la carne y la cebolla. Sazona con sal y pimienta al gusto.
- Baja el fuego y deja que el guisado hierva a fuego lento durante 15 a 20 minutos. Esto permite que el sabor de la salsa se concentre y que la carne absorba el picante. Si queda muy seca, puedes añadir un poco más del caldo que reservaste.
Imagen/ Directo al Paladar / Gemini
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