Dormir debería de ser una prioridad entre la lista de hábitos saludables, sin embargo muchas personas, reducen su cantidad y calidad de sueño por diversos motivos: insomnio, televisión, Smartphone, estrés, etcétera. Las horas de sueño no solo afectan tu salud, también tu peso, porque entre menos duermas, más comerás.
Una mala noche de sueño puede afectar tus hábitos de alimentación, tu comportamiento y tu desempeño a lo largo del día. No dormir bien, puede influenciar las elecciones de alimentos que hagas y la cantidad que a ingerir.
Como todos sabemos, la ingesta inadecuada de alimentos esta relacionada con varios problemas de salud, como la obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares y la dieta es uno de los pilares para tratar y prevenir estas condiciones.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Nebraska en EEUU. en sus estudios, mencionan que entendiendo el mecanismo de como los patrones de sueño interrumpido incrementan la ingesta de alimentos, se puede ayudar a prevenir y tratar el desarrollo de enfermedades crónicas.
La ingesta de alimentos esta impulsada por factores biológicos, emocionales, cognitivos y ambientales. Debido a que la dieta es de vital importancia para el cuidado de la salud, se debe prestar igual atención al sueño. Después de una mala noche, las hormonas que afectan al apetito se alteran, se incrementan los niveles de estrés, se empieza a comer de más e impulsivamente para compensar esa falta de energía.
Se concluye, que no debemos perder las riendas de nuestra salud, vigilemos de cerca y tratemos de dormir correctamente y si por algún motivo no es posible, cuidar con consciencia la calidad y cantidad de la comida que vayamos a ingerir en el día.
Vía | ScienceDaily
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