No hay nada que nos pueda alegrar más el día que darle un mordisco a de una jugosa, dulce y especiada rebanada de pastel de zanahoria. Aunque este sea un postre irresistible y seguramente sea el postre favorito de casi todo mundo, y seguro pensamos lo mismo: se antoja todo el tiempo. Por esta razón, decidí que es momento de satisfacer nuestro antojo de un delicioso, ligero bizcocho de zanahoria y frutos, fácil y rápido de preparar.
La zanahoria suele ser un platillo poco utilizado para preparar postres y, aunque la asociemos más a preparaciones frescas, ensaladas y guisos, la realidad es que la zanahoria es una hortaliza bastante dulce y resulta perfecto para preparar postres dulces sin la necesidad de utilizar azúcar. ¡Disfrútalo en esta temporada de lluvias y clima frío!
Breve historia del pastel de zanahoria
De hecho, el pastel de zanahoria se convirtió en una receta bastante popular durante la Segunda Guerra Mundial, ya que por la inflación algunos insumos y productos de cocina, entre ellos el azúcar, fueron considerados ingredientes de lujo (por lo que se volvió un tanto caro costearlos) y así las amas de casa utilizaban las zanahorias para endulzar naturalmente sus pasteles.
De hecho, se cuenta que el postre favorito del presidente George Washington era, por mucho, la tarta de zanahoria, que consumía constantemente en una taberna del bajo Manhattan llamada 'Fraunces Tavern'. ¿Y cómo no? Si es que se trata de un postre sumamente delicioso.
En un recipiente hondo batimos los huevos y agregamos el azúcar, el aceite de coco, la canela y el resto de las especias. Batimos hasta que todos los ingredientes se mezclen muy bien.
Agregamos los ingredientes secos tamizados: la harina, el bicarbonato y el polvo para hornear. Batimos bien hasta que quede una masa homogénea y en ese momento agregamos la zanahoria rallada y los frutos secos. Revolvemos todo muy bien y al final agregamos la media taza de nuez (reservamos un puñoto para decorar)
En un molde rectangular engrasado y enharinado vertemos la mezcla. La horneamos a 180°C por unos 35 minutos o hasta que el panqué pase la prueba del palillo y se desprenda de las orillas.
Lo desmoldamos y agregamos nuez por encima. Acompaña con tu café a media tarde o para cenar. ¡A disfrutar!
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