Una de las mejores maneras en las que te puedes mantener a ti y a tu familia hidratados es a través de consumir alimentos frescos y de temporada, que suelen tener altos contenidos de agua. Los helados de frutas son uno de los ejemplos más claros de los alimentos ideales para consumir en esta temporada.
Y claro que un helado no puede ir solito, siempre debe estar acompañado de su icónico barquillo para darle ese toque crujiente que tanto nos encanta, y de paso ayudar a no generar residuos plásticos de un solo uso. Así que te dejamos nuestra receta de cómo hacer barquillos caseros para disfrutar tus helados.
Cronología del barquillo o cucurucho
La primera pista que se conocen de un barquillo en forma de cucurucho se encuentran en Francia, a principios del siglo XIX. La descripción de estas galletas en forma de cono elaborada con barquillos enrollados, aparecen en un libro de cocina francés de 1825, obra de Julien Archambault.
A finales del siglo XIX, los conos de helado se popularizaron en Estados Unidos, gracias a Italo Marchioni, un inmigrante italiano que los elaboraba en Nueva York desde 1896 y para 1903 patentó su invento. Aunque su patente consistía más en una galleta hecha en un molde para hacer tazas de pasta para helado, lo que lo llevó a perder demandas por la forma del cono de helado.
Aunque la leyenda más conocida es la que se originó en San Luis, Estados Unidos. En 1904, se celebró una Exposición Universal. Entre los puestos de comida que había contiguos, coincidieron uno que hacía galletas y el otro helados. Eran los puestos del repostero sirio Ernest Hamwi y el heladero Arnold Fornachou.
Hamwi vendía una especie de galleta o gofre llamado zalabia. En un momento dado, Fornachou se quedó sin cuencos donde poner sus helados. Pidió ayuda a su vecino Hawdi, el cual enrolló una de esas zalabias para poder servir el helado en su interior. Parece ser que la idea del cucurucho surtió efecto y el producto fue todo un éxito.
Es muy importante que todos los ingredientes estén a temperatura ambiente, con la mantequilla muy blanda. El agua debe estar tibia.
En un tazón agregamos la mantequilla con la mitad del azúcar y batimos por varios minutos hasta obtener una crema ligeramente esponjosa y homogénea.
Añadimos el huevo y la vainilla y batir un poco más hasta que quede incorporado.
Tamizamos encima la harina con la pizca de sal y la canela, y mezclamos suavemente hasta incorporar.
Disolvemos en el agua tibia el resto del azúcar y la añadimos mezclando con una pala pastelera hasta homogeneizar.
Tapamos con papel film y dejamos reposar 30 minutos a una hora.
La forma rápida es cocinar los barquillos con una máquina destinada para ello. Puedes precalentarla por 10 a 15 minutos y engrasarla con aceite de tu preferencia.
Cuando esté lista la máquina, incorporamos una cucharada generosa de masa por cada unidad, añadiendo más o menos según el tamaño que se desee obtener de los barquillos.
Después de dos minutos de cocerse dentro de la máquina, los retiramos y les damos forma inmediatamente con el cono adecuado.
Puedes ayudarte con una plancha para crepas o un sartén, cocemos la plancha de barquillo 1-2 minutos o hasta que esté tostadita la levantamos con una espátula y la colocamos alrededor del cono para formar los barquillos ayudándonos con un paño para no quemarnos. Lo mantenemos sujeto, apretando la masa, mientras se enfría un par de minutos, para que adopte la forma de barquillo.
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