La ciencia avanza a pasos agigantados este siglo. Científicos suizos publicaron un artículo en el que dan cuenta de cómo encontraron una forma de convertir células de cáncer de mama en grasa, para evitar que se propaguen por el cuerpo y hagan metástasis.
Esto, gracias a un mecanismo asombroso que se lleva a cabo en nuestro cuerpo cuando, por ejemplo, nos cortamos y tiene que regenerar piel. Ocurre que las células, antes de volver a replicarse para hacerse piel nueva, pasan por un estado de indiferenciación: es como si se hicieran células madre. Luego de eso ya se convierten en lo que el cuerpo necesita.
Ese es un proceso muy similar al que utiliza el cáncer para expandirse por el cuerpo. Los investigadores detectaron esta similitud y entraron en acción, haciendo uso de un medicamento que normalmente sirve para la diabetes, llamado rosiglitazona, en combinación con uno contra el cáncer llamado trametinib.
Para testear la eficacia de su idea inicial, los científicos suizos experimentaron en ratones que presentaban variedades muy agresivas de cáncer de mama. Al suministrarles los fármacos pudieron ser testigos de cómo las células cancerosas, al intentar multiplicarse, pasaban de inmediato a ser grasas. Este proceso se llama adipogénesis.
Cabe señalar que no todas las células reaccionaron al tratamiento. No obstante, la mayoría sí lo hizo y, lo mejor, no volvieron a convertirse en cáncer. Se quedaron convertidas totalmente en células adiposas.
Aunque esto aún no se prueba en humanos, hay una noticia muy esperanzadora: este tratamiento ya fue aprobado por la FDA, que es la agencia que regula los medicamentos en Estados Unidos. Además, los investigadores han empezado a hacer pruebas para intentar que esto funcione de forma más precisa, en varios tipos de cáncer y combinado con quimioterapias o radioterapias.
¿Cuál es el panorama del cáncer en México y el mundo?
De acuerdo con datos oficiales de InfoCáncer, el portal informativo sobre el tema del gobierno de México, en el 2012 se registraron 14 millones de casos nuevos de pacientes con dicha enfermedad en el mundo y 8.2 millones de ellas fallecieron.
No obstante, en el 2018 la recurrencia ascendió a 18 millones de casos nuevos y 9.6 millones de muertes. Debido a los cambios en el crecimiento poblacional y el envejecimiento, la OMS calcula que para 2030 los casos nuevos sobrepasarán los 20 millones al año.
La contraparte de esto es que estos números podrían reducirse significativamente, ya que se calcula que entre el 30% y el 50% de los cánceres son prevenibles mediante la adopción de hábitos saludables, vacunación y diagnósticos, tratamientos oportunos y la irrupción de avances como los de los científicos suizos de los que hemos hablado.
En México la magnitud de los efectos del cáncer no es muy diferente al panorama mundial, pues es la tercera causa de muerte, después de las enfermedades cardiovasculares y la diabetes. Para los hombres, los cánceres más mortales son de próstata, de pulmón, colorrectal, de hígado y gástrico; mientras que para las mujeres son el de seno, cervicouterino, de hígado, colorrectal y ovario.
La Sociedad Mexicana de Oncología (SMeO) considera que además las elevadas cifras de muertes por cáncer se deben a diagnósticos tardíos. El 60% de los casos de cáncer en México es detectado en etapas avanzadas. No obstante, en tanto tengamos más información al respecto podremos hacer grandes cambios. Y esto, aunado a los avances de la ciencia, quizá nos haga un país más sano con el paso del tiempo.
Fuentes: InfoCancer | ScienceAlert
