Un platillo que siempre ha gustado en la casa de casi todos los mexicanos son las pechugas de pollo rellenas, ya que se pueden hacer de maneras muy diferentes y realmente darle un toque muy personal a la receta. Además, si estás intentando dejar las carnes rojas, el pollo siempre es una buena opción para empezar a regular nuestra sensación de saciedad. Hoy te dejamos la receta de cómo hacer una pechuga rellena de espinacas, tocino y queso. ¿Ya se te hizo agua la boca?
La receta de hoy de una pechuga de pollo rellena de espinacas, tocino y queso, es realmente muy cómoda de preparar, ya que no necesitan muchos ingredientes y siempre les dejará bien parados a la hora de la comida. Esta receta les va a permitir hacerla de forma fácil y deliciosa para cualquier ocasión.
Cosas que debes saber antes de cocinar pollo
Aunque lavar los alimentos es siempre la forma más segura de eliminar gérmenes y sea imprescindible hacerlo en la mayoría de los alimentos, la carne es una excepción. Ya sea de aves, pescado, de res, cordero, de ternera o de caza, nunca debemos lavar la carne cruda antes de cocinarla, porque esto puede poner en peligro tu salud.
La Food and Drug Administration (FDA) explicó en una investigación de seguridad alimentaria para la salud que no debemos "lavar la carne cruda o [de] aves antes de cocinarla. Lavar estos alimentos contribuye a que las bacterias se esparzan por el fregadero y la meseta de su cocina".
La carne de aves suele representar un mayor riesgo de contaminación que las carnes rojas, ya que es más frecuente encontrar en ella patógenos como la bacteria Campylobacter, Yersinia o Salmonella y la carne puede contener E.coli. Entiendo que con esta información pienses que "Con mayor razón hay que lavarlos", pero la respuesta es un rotundo no, ya que esto aumenta el riesgo de intoxicación derivada de una contaminación cruzada.
Entonces, ¿qué debo hacer con la carne cruda?
Aunque dejes correr el agua del grifo sobre la pechuga de pollo, no vas a eliminar estas bacterias; ni aunque lo laves con jabón. Según Gemma del Caño, farmacéutica experta en la industria alimentaria, la única manera de eliminar las bacterias es cocinar el pollo a una temperatura adecuada ya que "estas bacterias se eliminan con el calor". Mientras lo hagas a la temperatura adecuada, no importa si la hierves, la fríes o la horneas, con eso debería bastar para no tener problemas con las bacterias. Eso funcionará tanto con las bacterias presentes en las superficies de la carne tanto como en su interior.
De acuerdo con el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) la temperatura correcta para cocinar cortes enteros de carne es a 65°C; 71°C para carnes molidas; para aves de corral -como pollo y pavo- es de 73°C y para pescados es de 65°C o hasta que la carne esté opaca.
Para iniciar esta receta vamos a limpiar la pechuga y cortarla en dos. Luego la abrimos y sazonamos con paprika, sal y pimienta.
Limpiamos y desinfectamos las hojas de espinacas, cortamos el tallo y las colocamos sobre la pechuga de pollo abierta.
Esparcimos el queso rallado y los trocitos de tocino que freímos previamente) sobre las hojas de espinacas y enrollas todo para formar un rollito que van a cerrar con un palillo de madera.
Calienta el aceite de oliva en un sartén (o utiliza la grasita del tocino) y coloca el rollo de pollo para a sellar por unos cuatro minutos de ambos lados a fuego medio alto.
Coloca más queso rallado sobre la parte superior del rollo y lleva ahora en un refractario.
Hornea por unos 20 minutos, a 200ºC, hasta que la carne esté bien cocida y el queso haya gratinado.
¡Listo!
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