¿Sabías que existe un trastorno alimenticio categorizado como fobia, y corresponde al miedo excesivo a engordar? Se llama lipofobia y cada vez hay más personas que sufren este grave problema. Estándares de belleza, modas, el internet, la presión social y otras situaciones la han desencadenado.
Hay una estadística que dice que "el 74% de las y los adolescentes en México están insatisfechos con su imagen corporal, por lo que el más de 60% de ellos empiezan algún tipo de dieta desde temprana edad." Lo alarmante aquí es cuando niñas y niños de entre 6 y 9 años han modificado de alguna forma su alimentación, en edad de pleno desarrollo, por miedo a engordar.
Éstos miedos son infundados en la mayoría de los casos por los propios padres, o en menor escala pero también en un gran porcentaje, por amigos y compañeros de la escuela, como forma de evitar el rechazo y/o bullying.
La Lipofobia ha empezado a tener mayor crecimiento en México, debido a la presión social que existe por tener una figura extremadamente esbelta, presión que muchas veces los propios medios de comunicación, las marcas de moda y las portadas de revista le infunden a la población.
¿Cómo detectar si tengo Lipofobia?
Tal vez no seas tú, pero tal vez conozcas a una persona que la tenga y necesite tratamiento psicológico, por eso a continuación te presentamos los siguientes puntos que te ayudarán a detectar la presencia de éste trastorno.
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Al recordar tu infancia siempre viviste atemorizado por engordar.
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Tal vez no lo externes, pero dentro de ti defines a las personas con obesidad o sobrepeso como sucias, tontas y fracasadas.
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Haz llegado a pensar que las personas delgadas son inteligentes, exitosas y felices.
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Evitas, a toda costa, comer alimentos con alto índice calórico o graso.
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Haces cualquier dieta que te recomienden, aunque atente contra tu salud. Intentas hacer ayunos prolongados o te saltas el desayuno o la cena, pensando que con esto bajarás de peso.
¿Qué situaciones favorecen la Lipofobia?
Posiblemente tú no la padezcas, pero tal vez sin darte cuenta estás propiciando que tus hijos desarrollen éste problema en el futuro, así que aprende a detectar alguna de las siguientes situaciones y busca cambiarlas:
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Eres un padre obsesivo
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Si eres mujer, eres una madre que siempre está a dieta y es el ejemplo que le das a tus hijos o hijas
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Eres perfeccionista y tratas de inculcarle la perfección a tus hijos
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Tus hijos viven en un ambiente hostil, agresivo o disfuncional
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Tienes baja autoestima y se lo transmites a tus hijos
¿Qué puedo hacer?
Recuerda que amar y a aceptar tu cuerpo es primordial. Si algo no te gusta de él, o sientes que el sobrepeso no te va bien, además de que atenta contra tu salud, has un cambio de hábitos que además de mejorar tu figura, mejorarán también tu estilo de vida.
A continuación les dejo una serie de consejos que les ayudarán a no caer en esta fobia y sobre todo, no transmitírsela a sus hijos.
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Deja de hablar siempre de tu peso. Seguramente no es la impresión que quieres dejar en la gente, mejor habla de tus gustos o de algo que sepas hacer muy bien.
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Haz una lista de personas que admires. ¿Cuáles crees que son los atributos que lo hicieron ser quién es? ¿Qué te gustaría que alguien admirara de ti? ¿Quisieras que solo vieran tu figura?
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Deja aun lado la obsesión por pesarte. Sabemos que es bueno que tengas monitoreado tu peso, pero ¿diario? es demasiado.
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Que el ejercicio sea divertido. Olvídate de esas ideas del pasado de que debes sufrir y que "la belleza cuesta". Elige una disciplina divertida que te encante y te motive, hoy en día hay muchas opciones, inclusive hasta entrenar con tu mascota.
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Determina tu propio estilo. ¿De verdad vas a dejar que una revista te diga como verte? Rompe esquemas, ve mas allá y atrévete a ser tu mismo/a y sacar el mejor partido de ti.
Imagen | martinak15 | Christy Mckenna En Vitónica México | Objetivos que deberíaas tener al entrenar