El salmón fresco es una de esas porciones de proteína que últimamente todos queremos incluir más en nuestra dieta por las bondades que ofrece a nuestra salud, pero también porque es sumamente delicioso. No hay nada mejor que el sabor jugoso y ahumado a la vez que un buen filete de salmón nos hace disfrutar, así que te trajimos uno de los trucos más útiles que nos ayudarán a dejar de perder tiempo en la cocina, cómo quitar la piel del salmón o de cualquier pescado de forma fácil y rápida.
Para cualquiera que sea la ocasión, te compartimos estos tips para preparar quitarle la piel al salmón como todo un profesional y uno que otro tip de cocción. Así que ve por pluma y papel o de una vez, ve por tu lonja de salmón.
Limpiando un salmón como profesional
Hierve un cazo con agua para sumergir el extremo de la cola unos segundos, de tal forma que se escalde unos instantes.
Inmediatamente después hay que depositar la pieza sobre una tabla de cocina y levantar la piel por esa parte de la cola retirándola con la mano o con la ayuda de un cuchillo no muy afilado, como si la fuéramos a despegar.
Otra forma es colocando la lonja de salmón con la piel en contacto con una tabla. Con un cuchillo para pescado vamos a empezar a hacer un corte por donde empieza la carne del salmón del lado de la cola, esto sin traspasar la piel. Cuando el cuchillo esté en contacto con la piel lo inclinas y como si estuvieras barriendo con ayuda del cuchillo para hacer presión vas a jalar la piel de la pulpa y prácticamente se retirará sola.
Técnica de ósmosis para salar
Pon a hervir un litro de agua y agrega 10 gramos de sal de grano. Retira y deja que se enfríe y refrigera un rato.
Una vez que esté fría el agua, vas a dejar reposar la lonja de salmón en esta salmuera por cinco minutos.
Esta técnica se llama ósmosis y nos ayudará a que el salmón agarre el punto perfecto de sal de forma pareja y mejore la textura del salmón.
Ahora sí, ya puedes preparar tu salmón con la receta que tú quieras.
Tips para saber cuándo voltear
El salmón debe estar seco y a temperatura ambiente.
Horno, sartén o freidora previamente precalentados.
La parte de la piel debe estar en contacto con la charola de cocción.
Cuando la base cambie de color, está listo para voltear para que quede sellado de ambos lados. Y cuando se marquen las líneas del pescado y al presionar ya no rebota: está en su punto.
Más tips para su cocción
No comiences a cocinar con los filetes de salmón congelados o sacados directamente del congelador, esto solo ocasionará que se cocinen de forma desigual y solo se quemen por fuera.
Si vas a cocinar un salmón congelado te recomendamos tomarte tu tiempo. Primero coloca el salmón en su empaque sellado a chorro de agua fría. También puedes colocarlo en el estante bajo del refrigerador durante la noche y al otro día cocinarlo.
Si dejas la piel, colócala viendo hacia abajo, ya que puede soportar las altas temperaturas por mayor tiempo. La mayor parte de la cocción se llevará boca abajo. Posteriormente, voltea el salmón y sella del otro lado por unos minutos.
Una vez que veas que la carne cambia de color a un rosa más pálido, sabrás que el salmón está listo.
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