Maciel BG
EditoraRedactora especializada en multimedia y cultura. Me encanta la gastronomía, en especial la comida mexicana y la respostería.
La focaccia es uno de esos panes italianos que, aunque parecen complicados, en realidad son muy fáciles de preparar en casa y perfectos para acompañar cualquier comida. Su textura esponjosa, su sabor a aceite de oliva y el aroma fresco del romero la convierten en una delicia que siempre te invita a probar más de un pedacito.
Lo mejor es que no necesitas pasar todo el día en la cocina para disfrutarla: con esta receta básica y rápida, tendrás tu focaccia casera lista en menos de 2 horas. Es ideal tanto para una cena con amigos como para usar para preparar sándwiches o simplemente para disfrutar con un poco de queso y vino.
Focaccia con aceitunas y romero. Foto: Freepik
¿Qué es la focaccia?
La focaccia es un receta italiana tradicional de pan plano. Es originario de Liguria y se caracteriza por llevar abundante aceite de oliva en la masa y en la superficie. Gracias a ello, su miga es esponjosa por dentro y tiene una corteza ligeramente crujiente por fuera. A diferencia de otros panes, no requiere amasados largos ni largos periodos de fermentación, lo que la vuelve ideal para principiantes.
Trucos para una focaccia esponjosa y aromática
Usa aceite de oliva extra virgen de buena calidad.
No amases en exceso; basta con que la masa sea elástica y suave.
Si quieres variar, puedes añadir aceitunas negras, jitomates cherry o cebolla morada antes de hornear.
Focaccia con tomate y aceitunas. Foto: Freepik
La focaccia recién salida del horno es un manjar por sí sola, pero también puedes servirla con quesos, embutidos o usarla como base para un sándwich gourmet o uno más sencillo con solo jamón y queso. Incluso frío, este pan conserva su textura y sabor, lo que la hace perfecta para preparar con anticipación.
- En un tazón grande, mezcla la harina con la sal.
- Disuelve la levadura en el agua tibia y deja reposar por 5 minutos hasta que se active.
- Agrega la mezcla líquida a la harina junto con 3 cucharadas de aceite de oliva y mezcla hasta formar una masa suave.
- Amasa durante 8-10 minutos hasta que la masa esté elástica.
- Colócala en un tazón engrasado, cúbrela con un paño y deja reposar por 1 hora o hasta que doble su tamaño.
- Extiende la masa en una charola engrasada con aceite de oliva, presiona con los dedos para formar los característicos huequitos y espolvorea el romero y la sal de grano.
- Deja reposar 20 minutos más y hornea la focaccia a 200 °C durante 20-25 minutos o hasta que esté dorada.
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