México es el mayor consumidor de maíz estadounidense genéticamente modificado. El país importa más de 13 millones de toneladas de maíz amarillo al año.
En un nuevo intento por dejar de consumir maíz amarillo proveniente de Estados Unidos, México lanza una política de reducción paulatina del uso de granos genéticamente modificados y glifosato.
¿Por qué México busca reducir la importación de esos insumos?
En México, la producción del maíz blanco, que se ocupa principalmente en la elaboración de masa y harinas para consumo humano es autosustentable, según la SAGARPA; a diferencia de la producción del maíz amarillo, el cual se destina principalmente para consumo animal y tiene que ser importado, de acuerdo a datos de esta misma Secretaría de Agricultura.
Lo que se busca es dejar de importar maíz transgénico y la eliminación gradual del glifosato, un herbicida muy utilizado en agricultura, que grupos ambientalistas alegan que es altamente peligroso para la salud. Así como avanzar hacia la autosuficiencia alimentaria, y que el maíz amarillo que se consume en México también sea producido aquí.
¿Cómo se planea hacer?
En un comunicado que hicieron en conjunto las secretarías de Agricultura y Economía, establecieron que primero se buscará elevar la producción de este maíz en áreas cercanas a los principales centros de consumo. Y luego se incentivará el regreso hacia granos forrajeros y oleaginosas, principalmente en regiones con alto estrés hídrico, ya que estos son cultivos de ciclo corto por lo que requieren una menor demanda de agua.
En el comunicado se afirma que se mantendrá una estrecha coordinación entre dependencias federales y el sector agroalimentario para lograr lo establecido en el decreto y garantizar a las cadenas productivas el abasto que requieren de granos para mantenerse en pie y cuyos resultados generan empleos e inversión en el medio rural, además de contribuir a la disponibilidad de alimentos.
Fuentes|SAGARPA|Secretaría de Economía|
