Una de las cosas que probablemente menos nos guste hacer es la limpieza de la estufa después de cocinar, porque sabemos bien que existen dos tipos de personas: los team limpieza y los team cocinar, y aunque se puede ser ambas, siempre nos decantamos por una favorita. A cualquier grupo al que pertenezcas con este truco casero podrás limpiar los quemadores de la estufa y dejarlos brillantes sin tener que complicarte la vida.
Día tras día en nuestra cocina se van acumulando capas y capas de grasa, principalmente en la estufa, pero también en las paredes y superficies. Se vuelven pegajosas por los cambios bruscos de temperatura, por lo que es un ambiente perfecto para que se pegue el polvo y vivan microorganismos que contaminan la comida. Es disgustante y nada saludable esa suciedad, a la cual conocemos como cochambre por eso aquí te vamos a enseñar a limpiar el cochambre que pueda quedar en los quemadores de la estufa.
Tips para limpiar los quemadores de tu estufa
Utiliza un cepillo de cerdas suaves para eliminar los restos de comida adherida. Hay algunas escobetas hechas de materiales naturales que son una muy buena opción pata no maltratar tus quemadores.
Ubica los puertos y tubos del quemador debajo de la base del quemador para evitar taparlos con residuos, mezclas o colocar las piezas mal.
Limpia las aberturas del puerto del quemador obstruidas con un alfiler recto, una aguja o un alambre de calibre pequeño para retirar cochambre o comida.
Si los orificios de tu estufa con muy amplios, también puedes usar un limpiador individual de brackets o un cepillo pequeño para mamilas.
Vamos a empezar por mezclar 100 ml de agua tibia con 5 cucharaditas de vinagre blanco en un rociador.
Rocía esta mezcla para empezar a suavizar y remover el cochambre. Con el cepillo de limpieza vamos a empezar a tallar las partes más difíciles o donde veas más cochambre. Te recomendamos usar un cepillo flexible (como los que se usan para limpiar popotes o vasos) para poder llegar a todos los lados de la parrilla, sobre todo las partes de abajo.
Una vez que hayas tallado para remover y suavizar, con un trapo retira la suciedad y enjuaga con agua tibia o caliente. Las temperaturas muy altas removerán con más rapidez este tipo de suciedades.
En un traste pequeño vas a mezclar 6 cucharadas de bicarbonato con tres cucharadas de jabón líquido para trastes y con ayuda del cepillo limpio vas a comenzar a tallar nuevamente. Esto quitará las impurezas que no se pudo en la primera ocasión.
Si tu mezcla comienza a secarse, rocía un poco de agua tibia con vinagre y vuelve a tallar.
Retira la espuma con el tapo limpio y enjuágalo las veces que sean necesarias.
Por último, con tu esponja para trastes humedecida con agua caliente y con un poco de jabón líquido talla por última vez hasta que ya no se sienta pegajosa la superficie.
Limpia con el trapo y agua caliente, y listo. ¡No más cochambre!
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