Afortunadamente no estamos hablando de comidas exóticas, sino de una de las tortas más deliciosas que la gastronomía mexicana tiene que ofrecer; en especial de la cocina guanajuatense. Hoy te compartimos cómo hacer guacamayas, las tortas picosas y únicas de Guanajuato.
La guacamaya es para los guanajuatenses como la torta de tamal para nosotros los chilangos. Es la tortita que siempre encontrarás en un puesto callejero porque más tardas en pedirla y pagarla que en disfrutarla en tu paladar.
¿Por qué se llaman guacamayas?
Podríamos pensar que se llaman guacamayas por la salsa roja que las baña -casi idéntico al rojo de dicha ave-, pero se dice entre habitantes del estado que esta torta de chicharrón fue creada más o menos en los años 50 gracias a que un obrero le pidió a un vendedor ambulante de tortas que retacara su bolillo de duro (o sea chicharrón) y salsita roja. Una vez que le hizo efecto la salsa roja de chile de árbol, -cuentan que- no paraba de hacer ruidos como los de las guacamayas de tan picosa que estaba la torta.
Es por esa historia que se le bautizó a la torta como guacamaya. Hoy en día estas tortas pueden estar acompañadas de aguacate y un pico de gayo (porque no es suficiente picante con la salsa de chile de árbol), pero como todo en la gastronomía es bien sabido que los ingredientes pueden variar y el origen de una receta es 50% incierto.
Hierve los chiles y la cebolla con agua por 10 minutos.
Licua los chiles y cuélalos con un poco del agua de la cocción. Agrega vinagre y comino para moler.
Mezcla la salsa con el jitomate picado, el jugo de limón y sazona con sal.
Abre los bolillos por un extremo lateral, pero no la abras por completo. Retira el migajón y añade el chicharrón (incorpora cueritos si lo deseas) y baña con la salsa con los jitomates hasta que quede suave el chicharrón. ¡Disfruta!
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Imágenes obtenidas de Guacamole Project
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