La salsa macha es una de mis salsas favoritas porque no solo aporta muchísimo sabor, sino que da textura y un color precioso hasta a una humilde quesadilla. Esta versión de salsa macha se prepara de forma diferente que la salsa macha de Orizaba y digamos que es una versión resumida de la receta original.
Lleva diferentes tipos de chiles secos y semillas que se funden en el aceite caliente para crear una explosión que sabe a la mismísima gloria. Claro que es para valiente porque pica, pero pica rico, eso sin duda.
Un poco de historia muy macha
La salsa macha nació en el estado de Veracruz, en la costa oeste de México, aunque su popularidad se ha extendido por todo México por su rico sabor y versatilidad.
Se cree que se llama salsa macha porque "macha" significa chile seco en náhuatl. Esta salsa originalmente se prepara en molcajete, pero en la actualidad se puede utilizar la licuadora o el procesador de alimentos para prepararla.
Cómo se prepara la salsa macha tradicional
La preparación de la salsa macha puede variar según la región y las preferencias individuales, pero los elementos fundamentales suelen ser chiles secos (como chile de árbol, chile pasilla o chile guajillo), aceite de cocina, ajo y sal. Los chiles se tuestan ligeramente para intensificar su sabor, luego se muelen con ajo y sal hasta obtener una pasta densa. Esta pasta se cocina en aceite caliente hasta que todos los ingredientes se mezclen bien y el aceite adquiera un tono rojo oscuro y un aroma ahumado característico.
La versión que hoy proponemos es diferente a la tradicional, ya que lo único que se tiene que hacer es procesar los chiles secos, mezclar con semillas y bañar de aceite muy caliente. De esta forma los chiles y semillas se doran y sacan sus aceites esenciales y, por ende, su sabor.
Licua todos los chiles junto con el ajo en polvo, la cebolla en polvo y la sal hasta obtener un polvo fino, colócalo en un recipiente hondo.
Pon a calentar el aceite y cuando esté bien caliente vacíalo al chile en polvo, agrega las almendras, los cacahuates, las pepitas y el ajonjolí, revuelve muy bien.
Utiliza esta salsa en quesadillas, tortas, carne asada, pollo a la parrilla y lo que más te guste.
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