Si le realizas esta pregunta a la mayoría de las personas, seguramente la respuesta que recibirás es un rotundo “¡No!”. Pero realmente sí es posible, en términos científicos se conoce como superfetación. En una mujer fértil, la ovulación ocurre todos los meses, pero normalmente la liberación de los óvulos se detiene cuando una mujer está embarazada, y los cambios hormonales y físicos del embarazo previenen que se lleve a cabo otra concepción.
Sin embargo, en raras ocasiones, las hormonas que previenen que ocurra otro embarazo no se enteran de que ya se está uno en desarrollo. En estos casos, la superfetación se produce si y sólo si se produce una serie de sucesos casi imposibles. Primero tiene que existir ovulación durante el embarazo en curso y segundo el semen debe encontrar su camino a través del cuello cerrado, a través del útero ocupado y en caso de que exista fecundación, se tiene que implantar con éxito en un útero que en teoría tiene un mayor grosor para prevenir que otro embrión se adhiera.
Los bebés de superfetación, al igual que los gemelos, nacen al mismo tiempo. Dependiendo del tiempo transcurrido entre las dos concepciones, es posible que un bebé tenga un nacimiento en tiempo y para el otro bebé se trate de un parto prematuro.
En los humanos es una condición extremadamente rara, de hecho en el 2008, la Revista Europea de Obstetricia y Ginecología reporto que en la literatura científica han sido descritos menos de diez casos. En el 2009 se reportó otro caso de una mujer de 31 años que quedó embarazada primero de una niña, y dos semanas después un niño. Los reportes de superfetación es seres humanos se asocian más comúnmente con mujeres que han sido sometidas a tratamientos de fertilidad.
Sin embargo el fenómeno de la superfetación en animales ha sido observado desde el siglo IV aC por Aristóteles. Aristóteles observó que las liebres a menudo daban a luz a camadas compuestas por crías sanas y otras imperfectas. Él dedujo que las crías imperfectas eran más jóvenes y que habían pasado menos tiempo en el vientre de su madre, una consecuencia de la superfetación. Hoy en día se sabe que la superfetación es común en varios mamíferos como el tejón, el visón americano, la pantera, el búfalo y el walabí de pantano.
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