Después de un día en el que parece que todo salió mal, parece una buena idea acabar el día con un antojito ¿no? Cuando estamos estresados o deprimidos casi siempre escogemos alimentos con mucha grasa y azúcar. Pero resulta que cuando estamos estresados y consumimos este tipo de alimentos, nuestro metabolismo se vuelve más lento y quemamos calorías más despacio.
En el estudio se entrevistó a 58 mujeres para ver si habían experimentado factores estresantes, una pelea con el marido o con los hijos, un día antes. Después se le ofreció una comida de 930 calorías y 60 gramos de grasa que incluía huevos, salchicha de pavo, bisquets y gravy.
Después de la comida, se le colocaron unas máscaras para poder medir su metabolismo al calcular el flujo de oxígeno y dióxido de carbono inhalado y exhalado. También se analizó su glucosa en sangre, triglicéridos, insulina y la hormona del estrés cortisol.
Se encontró que las mujeres que reportaron haber estado en una situación de estrés un día previo a la comida, quemaron 104 calorías menos que las mujeres que no estaban estresadas. Si estas mujeres estuvieran un año experimentando estrés todos los días, podrían aumentar 11 kilos anuales.
Las mujeres estresadas también presentaron mayores niveles de insulina, esto contribuye a la forma en la que el cuerpo almacena la grasa, y puede reducir el proceso de metabolización de calorías a energía. Si la grasa no se quema, se almacena en el cuerpo.
Este estudio se añade a la larga lista de los efectos nocivos del estrés en nuestra salud, especialmente en el control de peso.
Imagen | ♔ Georgie R
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