No hay nada que nos guste más que las mermeladas de frutas frescas y caseras. Por encima de todas, la mermelada de fresa es sin duda mi favorita (y la de muchas personas) queda perfecto como relleno de pan dulce o sobre un pan tostado para tomar en la merienda. Con esta receta fácil y sencilla podrás preparar tu propia mermelada de fresa en casa con tan solo tres ingredientes.
Seguro te ha pasado como a mí, que un día amaneces con antojo de un pan francés relleno de mermelada y, al acercarte a inspeccionar la cocina te has dado cuenta de que ya no tienes o que se acabó. Incluso puede que trates de llevar un estilo de vida más saludable y consciente, y que prefieras preparar tus propios alimentos en casa, esta es la ocasión perfecta para que prepares tu propia mermelada de fresa en casa; la mejor parte del asunto es que necesitarás muy pocos ingredientes para prepararla.
Las mermeladas de frutas caseras tienen muchos beneficios para la salud. En particular, la mermelada de fresa. Esta receta recupera muchos de los beneficios de la fresa, cuyo consumo recurrente puede traer tiene muchos beneficios para tu salud:
Por ejemplo, las fresas son ricas en fibra, antioxidantes y tienen muchas viaminas y minerales. Según este estudio publicado en The British Journal of Nutrition, las fresas son un gran aliado en contra de la hipertensión arterial, ya que aumenta la elasticidad de las arterias y evita las obstrucciones.
Además, si llevas un rato sintiéndote mal o un poco decaído, sin duda las fresas pueden ayudarte a mejorar tu estado de ánimo. Como las fresas tienen abundante vitamina B1 te ayudarán a combatir la irritabilidad y la tristeza. Al comer fresas podrás asimilar esta vitamina a través del sistema nervioso que va a estimularse y, a su vez, aumentará la producción de las hormonas que promueven el bienestar.
También las fresas son un excelente aliado para combatir el estreñimiento. Esta mermelada de fresa te ayudará a estimular tu sistema digestivo y para prevenir problemas intestinales. Además, siempre es mejor preparar tus propias conservas en casa, ya que así evitarás el exceso de azúcares añadidos y conservadores.
Comenzaremos limpiando y desinfectando las fresas: retiramos el tallo, las zonas blancas y cualquier zona que percibas que está golpeada o deteriorada. Después las cortamos directamente por la mitad (o en cuatro si son muy grandes) y las echamos en una olla mediana.
En esa misma olla ponemos el azúcar y el jugo de limón (esto va a realzar el sabor) por encima. Cocinamos a fuego bajo por 30 minutos y remueve de vez en cuando.
Cuando percibas que las fresas comienzan a ablandarse vamos a comenzar a machacar las fresas (puedes hacerlo con un tenedor o un aplasta papas) y cocinamos por 10 minutos más o hasta que adquiera la consistencia mermeladosa que esperamos. O sea, debe de quedar en un punto intermedio entre espesa y líquida. Consejo: agarra un poco con la cuchara y déjala caer. Si se escurre muy rápido es que todavía le falta cocción, y si no lo hace en absoluto es que te has pasado de cocción. Debes de aspirar a un punto medio)
Una vez que haya adquirido la consistencia deseada, apagamos el fuego y dejamos enfríar nuestra mermelada casera. Cuando haya enfriado recuerda guardarla en un bote o tarro de cristal, previamente esterilizado y disfruta de tu mermelada casera.
Puedes tomarla en el desayuno sobre pan tostado, hot cakes o como ingrediente en las recetas de postres que se te ocurran.
