Seguimos con las recetas de platos con nombres extraños, chistosos o fuera de serie, hoy es el turno de los tacos de muerte lenta, pero ¡no te preocupes!, que aunque tienen un nombre un poco intimidante te vamos a dar la receta de cómo prepararlos.
Ahhh y de paso también te contamos por qué se llaman así estos tacos de muerte lenta. Eso sí, si no te gusta la tripa de res (porque son de tripa de res) puedes ir por alguna otra alternativa que disfrutes.
Por qué se llaman tacos de muerte lenta
En definitiva el nombre puede asustar, pero no significa que sea el terrible resultado después de comerlos. Se llaman tacos de 'muerte lenta' por la especial forma de preparar la carne; de cocción lenta para poder conseguir una textura muy suave para poder sumergirlos en salsas y coronarlos con verduras.
Usualmente, las tradiciones de cada entidad o zona en donde se consumen; por ejemplo, los tacos de tripa, de lengua, buche. En todo caso se complementan con verduras, quesos, carnes y salsas, aunque los ingredientes y sus combinaciones, van a depender de cada persona.
Cuál es el origen de los tacos de muerte lenta
Lo que dio origen a estos tacos es la forma en la que se preparan; lo que los califica para ser tacos de muerte lenta es forma de cocción para asegurar que la carne esté suave. El origen de los ‘tacos de muerte lenta’, no es reciente, ya que su historia se remonta a antes de la conquista española, ya que los indígenas tenían la costumbre de comer tortillas de maíz, las cuales eran fundamentales en su dieta de todos los días.
Hoy en día y con el paso de los años, llegó la mezcla de culturas, lo que abrió paso a la integración de nuevos ingredientes y los de hoy en día se preparan con tripa de res.
Limpia y enjuaga perfectamente bien las tripas. Escurre mientras el agua caliente está lista.
Vierte las tripas cuando el agua caliente esté a punto de soltar hervor, el agua debe de arrebasar las tripas, agrega los dientes de ajo, las hojas de laurel y 1/4 de cebolla. Cocina a fuego bajo durante 40 minutos con la tapa medio colocada.
Retira del agua cuando estén completamente suaves, deja enfriar mientras se escurren. Córtalas finamente una vez que estén frías.
Sofríe con aceite bien caliente, deberán sofreírse por 8 a 10 minutos hasta que estén doradas por fuera pero suaves por dentro. Una vez que adquieran el dorado deseado ya puedes servirlos con tortillas de maíz, cilantro, cebolla y las salsas u otros complementos que prefieras.
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Imágenes obtenidas de Wikimedia y T.Tseng vía Flickr
