No es coincidencia que un perro te recuerde a su dueño. Estudios han demostrado que las personas tienden a elegir perros que comparten con ellos algunas características físicas. Por ejemplo, es más probable que las mujeres con pelo largo prefieran perros con orejas largas; y que las personas con sobrepeso escojan perros más gordos.
Las coincidencias también son ciertas para rasgos más sutiles, como la forma de los ojos que comparten las personas y sus perros. De hecho, en el estudio, cuando se cubrieron los ojos en unas fotos, se hizo mucho más difícil para los participantes hacer la conexión. Es importante recalcar que los resultados de los estudios sólo son válidos para los perros de raza pura.
Tal vez todo esto se deba al efecto de la familiaridad. Un perro puede parecer más amigable si se parece a los otros miembros de nuestra familia, a quienes conocemos y amamos. Algunos psicólogos creen que también podría ser la forma en la que evolucionamos para encontrar compañeros. Salir con alguien que se ve como nosotros puede garantizar que sus genes son generalmente compatibles con los nuestros. Es decir que preferimos cualquier cosa que se parezca a nosotros.
Lo interesante es que no nos limitamos a buscar a personas que se parecen a nosotros, sino que también tendemos a preferir personas con una personalidad parecida. Y al parecer sucede lo mismo con nuestros compañeros caninos. Incluso algunos estudios han demostrado que las similitudes en la personalidad dueño-perro son mayores que las semejanzas encontradas entre parejas casadas y amigos.
Un estudio dice que los perros a menudo asumen elementos de las personalidades de sus dueños. Los investigadores reclutaron a 132 perros y sus dueños, y monitorearon el estrés de cada uno usando pruebas de comportamiento (observando cómo reaccionaban ante amenazas percibidas en el laboratorio) y marcadores físicos (frecuencia cardíaca y muestras de saliva para detectar la hormona del estrés cortisol). Los humanos contestaron una encuesta para medir sus niveles de los cinco grandes rasgos de la personalidad (amabilidad, neuroticismo, extroversión, responsabilidad y apertura), y también contestaron un cuestionario similar sobre la personalidad de sus mascotas.
Cuanto más ansioso y neurótico era el dueño, más probable era que el perro compartiera estos mismos rasgos. Por otro lado, los perros tranquilos eran más propensos a pertenecer a propietarios más relajados. Esto demuestra que los perros y sus dueños son parejas sociales, y tienen una influencia directa en sus emociones.
Los perros han vivido junto a los seres humanos durante más de 30,000 años, y la evidencia demuestra que pueden recoger información emocional de la gente y ajustar su comportamiento en consecuencia. En muchos sentidos los perros son un reflejo de nuestra propia naturaleza verdadera, si quieres un perro tranquilo y educado, como en muchas otras cosas, la clave es liderar con el ejemplo.
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