Existe un platillo dentro de la cocina tradicional mexicana que es el protagonista de las fiestas patrias. Todos deseamos que llegue la noche del 15 de Septiembre para reunirnos en familia, platicar, echarnos unos cuantos caballitos de tequila o mezcal y, especialmente, comer uno o dos platos bien servidos de pozole rojo de puerco con todo y su verdurita y unas cuantas tostadas con crema y queso. Tú lo sabes, yo lo sé; todos lo sabemos: el pozole rojo es el antojito mexicano por excelencia.
Tipos de pozoles hay muchos, desde el sencillo pero cautivador pozole blanco, el verde de Guerrero y este tradicional pozole rojo de puerco, que también se conoce como pozole estilo Jalisco. Como te habrás dado cuenta, esta preparación tiene muchas variantes, y esto se debe a que cada región a adoptado a su propio estilo la receta del pozolli de origen prehispánico, un plato que originalmente se preparaba con granos de maíz, carne y agua. Hoy te compartimos la receta de esta versión que quedará perfecto para celebrar durante las siguientes fiestas patrias.
Si tienes invitados que son veganos, vegetarianos o que simplemente no comen carne, puedes ofrecerles también esta receta de pozole vegetariano: pozole rojo o pozole verde de setas.
Para comenzar: ponemos a cocer el maíz, bien lavado, en cuatro litros de agua junto con la cabeza de ajos machacada y el ramillete de hierbas.
Mientras, cortamos la carne de cerdo en trozos regulares y reservamos.
Por el contrario, si quieres hacerlo de pollo basta con que hiervas una pechuga de pollo como regularmente lo haces. Dejamos que se enfríe y desmenuzamos. Reservamos hasta el momento de servir.
Por otro lado, para preparar la salsa que dará el tradicional color rojo tenemos que comenzar a moler 10 chiles de árbol, 10 chiles pasilla y 10 chiles anchos; previamente asados, desvenados o no (según se quiera el nivel de picante) y remojados. Los licuamos junto con el agua del remojo y sal al gusto.
Una vez que el maíz comience a reventar y parezca una flor (comenzará a sacar espuma) será momento de servir la carne. Sazonamos con un poco de sal y le agregamos la salsa de chiles que acabamos de hacer. Bajamos el fuego y dejamos cocer a fuego bajo bien hasta que la carne esté tierna.
Apagamos el fuego después de 3 horas aproximadamente, y dejamos enfríar.
Servimos en tazones y ponemos unos cuantos recipientes en la mesa para que cada quién se pueda preparar su pozole: un plato con cebolla picada, otro con rabanos rebanados, lechuga, chile piquín, orégano, limones y, claro que sí, otro tazón con tostadas de maíz, crema agria y queso cotija.
Ahora sí: ¡A celebrar!
